ᴀᴍᴅǫᴘ_ᴠᴍɪɴ ||ʟɪʙʀᴏ 1||

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 7 [2/3]

Después que llevamos a Marilyn a caminar, Tae hace tortillas enrolladas para la cena.

—¿Quieres ver una película o algo así? —pregunto, poniendo mi plato en el fregadero.

Tae sacude la cabeza.

—¿Quieres que me vaya para que puedas... hacer lo que sea?

Tae sacude su cabeza otra vez, una sonrisa peligrosa jugando en sus labios. Se levanta y me tiende una mano.

En su habitación, Tae se acerca a mí, pasándome las manos por la espalda. Pongo mis brazos alrededor de él, emocionándome con su pecho firme y su calor. Cada vez que lo toco es como si todo mi cuerpo reaccionara. Desliza mi camiseta hacia arriba y la tira sobre mi cabeza, sin perder nunca el contacto. Luego se quita la suya.

—Acuéstate —dice Tae, una cálida mano cruzando mi espalda. Me quita los pantalones y la ropa interior—. Relájate.

Tae me da masajes en el cuello, los pulgares fuertes se hunden en los músculos de ambos lados, luego pasa los dedos por mi cabello, masajeando mi cuero cabelludo. Supongo que no estaba bromeando acerca de terminar ese masaje. Besa la parte posterior de mi cuello, luego se mueve hacia mis hombros. Al principio, me tenso cada vez que se mueve a una nueva parte de mi cuerpo, pero simplemente sigue susurrando: Está bien, relájate, y poco a poco lo hago. Extiende mis brazos, masajeando mis bíceps, y luego por mis costillas. Mi respiración se detiene cuando sus pulgares van a mi columna vertebral. Puedo escuchar pequeños chasquidos y crujidos mientras su peso se apodera de mí.

Con cada respiración y cada toque, siento que me estoy derritiendo en el colchón. Cuando Tae me monta en la cama, puedo sentir su calor en todas partes. Besa la parte posterior de mi cuello y la parte superior de mi columna vertebral mientras sus fuertes manos masajean mi espalda baja, presionándome contra las sábanas. Sus palmas rozan mis muslos y me tenso de nuevo.

—Estás bien —murmura Tae, y usa más presión, masajeando los músculos de mis muslos con firmeza. Entierro mi cara en la almohada, abrazándola, tensándome otra vez. Nadie me ha tocado nunca así. Me ha cuidado así. Es como si Tae pensara que mi cuerpo es algo de lo que es responsable. Algo precioso. Sacudo la cabeza en la almohada.

—Oye —dice— mírame. —Me da la vuelta para que pueda ver mi cara—. ¿Qué pasa? ¿Quieres que me detenga?

Sacudo la cabeza violentamente pero no puedo reunir una sola palabra.

—¿Quieres que siga? —Asiento. Tae me está mirando con cuidado. No sé cómo explicárselo. Sigo abriendo la boca y no sale nada. Tae me da una sonrisa triste—. ¿Quieres que te cuide? ¿Qué me asegure que estás relajado? —¿Es una pregunta trampa? ¿Quiero que me cuide? ¿Qué significa eso? No quiero que Tae piense que soy débil, pero no quiero que se detenga. Quiero que esto sea como un sueño, donde las cosas simplemente suceden y nadie habla de ellas y todo es líquido y somnoliento. Desearía estar ebrio para poder dejar que él haga lo que quiera y no que tenga que ser mi elección. No creo que deba desear esto.