Cap. 1 - El beso de la pirata

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   Era una bella mañana soleada. Los rayos de sol golpeaban sobre la tierra de Port Royale, la capital del imperio inglés sobre las Indias Occidentales. Las personas de la ciudad iban de un lado a otro haciendo su vida diaria. En el fondo, se encontraba una inmensa mansión que se imponía entre el resto de las casas. En esa casa vivía el gobernador Ainz Yaoyorozu junto a su esposa y su bella hija, Momo. Ellos eran la familia más importante de esas tierras y el gobernador era la persona más influyente dentro del Caribe.

Los rayos de luz golpeaban con fuerza en el enorme jardín de la mansión, el cual estaba repleto de arbustos, árboles y flores de todos los colores. En el centro se encontraba la hermosa Momo peleando junto a su instructor de espadas, el profesor Aizawa. Ambos se movían ágilmente de un lado a otro, haciendo que sus espadas se choquen con fuerza.

Momo: ¡JA! Esa no la esperabas – sonreía mientras saltaba hacia un costado.

Aizawa: Siempre estoy atento – respondió frenando la espada de su alumna sin mucho problema.

Momo saltaba con mucha agilidad. Se movía con gran destreza. Había estado entrenando el arte de la espada por meses hasta convertirse en una perfecta espadachina. Por eso, logró golpear a Aizawa en su rodilla, haciendo que éste se arrodille, y logró apoyar su espada en su cuello. Momo se quedó mirándolo mientras su respiración estaba agitada. Ella sonrió.

Momo: Bueno... Parece que la alumna superó al maestro.

Aizawa: Bien hecho, Momo – le respondió mientras se levantaba -. Mejoraste muchísimo.

Momo: ¡Lo sé! Voy a ser una gran espadachina – enfundó su espada y cerró sus puños, moviéndolos como si fuera a boxear -. Voy a derrotar a todos los que se me crucen.

Aizawa: No me cabe duda que serás una gran guerrera.

Momo: ¡Sí, lo voy a ser! – sonrió -. Eso es lo que quiero en un futuro: ser una gran espadachina. ¡Y casarme, claro!

Aizawa: ¿Casarte? ¿Acaso tenés a alguien en mente?

Momo: Todavía no pero ya lo voy a encontrar. Va a ser un chico muy lindo, vas a ver. Nos vamos a enamorar y vamos a tener una bella familia.

Aizawa: Pues la persona con la que estés será muy afortunada.

Momo: AfortunadO – corrigió -. ¿Por qué hablás como si existiera la posibilidad de que sea una chica? ¿Te imaginás? ¿Yo con una chica? Jajaja – rio más de lo que debería haberlo hecho -. Jamás de los jamases. Las chicas no me gustan. Jamás. No y no – sonreía nerviosa y levantó sus puños, dando golpes sueltos en el aire -. No, claro que no, me tengo que casar con un chico porque...

Mientras Momo estiraba sus puños, sin darse cuenta fue hacia atrás y se chocó contra alguien. Ella giró rápidamente para disculparse pero notó quién era esa persona: su padre Ainz, quien le devolvía una severa mirada. Comenzó a hablarle con voz áspera y sin mostrar una sonrisa:

Ainz: Buen día, Momo.

Momo: B-buen día, padre – exclamaba mientras hacía una pequeña reverencia.

Ainz: ¿Otra vez entrenando con la espada? ¿Cuándo vas a dedicarle tiempo a cosas que sí son dignas de una mujer? Deberías estar más atenta a tus clases de baile o de costura. Eso te ayudará a ser una gran esposa.

Momo: Pero, padre... Yo disfruto mucho las clases de espada.

Ainz: Agh, lo entiendo pero necesito que seas una gran esposa el día de mañana. Y más en estos días, que traigo buenas noticias.

La noble y la pirata (JiroxMomo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora