~Capítulo 10~

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—¿Por qué tengo que usar esto?

—Porque yo lo digo.

Miguel empieza a quejarse de lo feo que es el traje en el que está enfundado.

Rose está tomándole las medidas al traje en las partes en donde hay que ajustarlo. Noto que ella está un poco sonrojada porque para tomar sus medidas tiene que estar cerca de él y tocarle ciertas partes del cuerpo. Miguel por su parte, está más preocupado en lo que va a usar que en Rose y agradezco eso.

Resulta que después del almuerzo con el rubio, se me ocurrió una idea fantástica y salí corriendo como una loca de ahí sin darle explicaciones.

En fin, a tan solo una semana del tan esperado día, las cosas se tornaron un poco locas con Miguel, Klein, Rose y Daria — porque sí, mi amigo le había contado toda la verdad a ella, pero para nuestra sorpresa se lo tomó tan bien que incluso decidió participar en esta misión junto a nosotros — Gracias a mi genial idea hoy tenemos casi todo listo aquí en el departamento de Miguel.

¡Será magnífico!

—¿Dónde coloco esto?

Daria entra a la habitación cargando un montón de cajas, me apresuro a ayudarla cosa que ella agradece. En cuando dejamos todo en el piso, ella se acerca a mi amigo y lo mira con admiración. Con el rabillo del ojo me fijo en que Rose se escabulle por la otra puerta de la habitación.

Pobrecilla, de seguro si le gusta de verdad mi amigo.

—Luzco como un idiota.

Me cruzo de brazos frente a él y lo miro con expresión seria. ¿Bromea? Toda cosa que se pone le queda bien, pero no le voy a decir eso, por su puesto.

—Tienes razón, luces como una señora.

—¡No! — Doy un respingo por el grito repentino de Daria. —Luces muy sexy, bebé.

Y aquí vamos de nuevo...

Ella se le acerca y lo estruja en un abrazo, después de eso se separa, le toma el rostro entre sus manos y le da un beso que parece como si le quisiera succionar hasta el almuerzo.

Si que son asquerosos.

—Voy a esperar afuera hasta que terminen esto.

Como no quiero seguir viendo la escenita, me limito a salir de la habitación.

Resulta que desde que se ha unido a nuestra cruzada, está pegada a Miguel todo el día, si no fuera porque le asigno tareas para que desaparezca de mi vista por un rato, ellos seguirían como chicle sin dejar hacer nada a Miguel. Es que se estaban pasando de los límites. Hace cuatro días estaba por entrar al baño y justo cuando abro la puerta Miguel tenía empotrada en la pared a Daria.

¿Existe algo más asqueroso que ver a tu mejor amigo teniendo sexo?

Ya ni al baño se podía ir tranquila porque esos dos ya estaban haciendo cualquier cochinada apenas estaban solos.

No digo que está mal hacerlo, pero al menos esperar a estar solos ¡¿Cuál es la maldita urgencia?!

Aparte no solo estaba yo, sino también Rose y Klein. Qué vergüenza pasé ese día, por eso acordamos que lo mejor era mantener ese tipo de cosas al margen mientras trabajamos. Es muy incómodo.

—¿Por qué tan solita?

Ah sí, hoy también está presente el rubio.

—Por qué mejor no vas a teñirte el cabello y me dejas en paz, ya se te están notando las raíces oscuras.

¿Y si nos casamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora