~Capítulo 5~

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Nos ubicamos cerca de los hombres que resguardan la entrada de la iglesia, Miguel está a punto de hablar pero aprieto su mano para que sepa que quiero que se calle.

De esto me encargo yo. Algunas veces sus planes apestan.

—Tenemos invitación —digo tajante, sacando de mi bolso las dos invitaciones falsas bajo la atenta mirada de los tres.

Se la entrego a un moreno de altura intimidante quien observa atento la invitación y luego se la pasa a su compañero, un castaño con una cicatriz que va desde su sien izquierda hasta su barbilla.

¡Que miedo estos gorilas!

Se quedan un rato hablando entre ellos, cosa que me atemoriza.

—Bienvenidos Señor y Señora Smith —dice por fin el moreno. Se hace a un lado para dejarnos pasar.

Miguel carraspea, los tres lo miramos.

—Disculpen.

Aprieta mi mano, nos adentramos en la iglesia.

—Casi suelto a reír como un loco cuando el gorila leyó nuestros "apellidos" —me susurra en el oído.

—No se me ocurrió nada más.

—¡Qué idiota el hombre! No se dio cuenta que ese es el nombre de una película —se burla por lo bajo. Intenta contener la risa, pero me la contagia en el proceso.

Aprieto mis labios para no soltarme a reír.

Avanzamos por el pasillo y divisamos unas bancas vacías. En el altar el padre está recitando la misa y los novios están de rodillas en un reclinatorio especial para ellos.

—Basta, tenemos trabajo —le recrimino una vez nos sentamos, ya que sigue queriendo reírse.

—Es que me siento orgulloso de ti —me susurra, se limpia una lágrima falsa. —Has aprendido tan bien.

Puede que tenga algo de verdad lo que dice. Con el tiempo se me han quedado algunas de sus actitudes infantiles.

—Silencio, la gente empieza a mirarnos.

Varias mujeres sentadas en las bancas del lado derecho de nosotros nos están observando.

Les sonrío. Ellas me sonríen de vuelta y regresan su atención a la ceremonia.

Si supieran que estamos aquí para hacer un inminente desastre.

—No te distraigas —lo regaño, cuando lo descubro sonriéndole a dos chicas que le corresponden detrás de nosotros.

—Aburrida.

Niego.

Con él no hay cómo razonar.

Me permito observar todo el interior. Es igual a la imagen que encontramos en google. Las paredes pintadas de blanco, las barras cruzadas en el techo. Al fondo, detrás del altar hay un ventanal azul en el que la luz lo hace ver brillante. Todo aquí dentro reluce, cada banca contiene rosas blancas a cada lado. 

Después de todo si parece ser la boda de ensueño con la que muchas sueñan.

La ceremonia avanza. Estoy aburrida.

—Estoy seguro de que serán la pareja más amorosa del mundo —habla el padre con una sonrisa —Sin embargo, por protocolo debo asegurarme de si hay alguien en esta sala que se oponga a esta unión, hable ahora o calle para siempre. Cosa que dudo así que continuemos —Vuelve su atención a la biblia.

Codeo a Miguel para que se pare.

—¡Esta boda es un fraude! —grita Miguel. Se levanta y las miradas y susurros de asombro no se hacen esperar.

¿Y si nos casamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora