Capítulo 13.

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¡Hola, hola.!

¿Qué tal?, ¿Qué tal.?

¡Ah!. Reconozco que estuve muy nerviosa al escribir este capítulo, pero a la vez muy ilusionada. No pude esperar más para soltar la bomba que le da un giro inesperado a esta historia.

Juro que se quedarán con la boca abierta.( O al menos eso creo. )

Por favor siéntense, ese capítulo será un guantazo limpio al estómago. Sin más...

¡Disfrútenlo.!

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POV SASUKE.




Maldigo cuando un auto pasa frente a mí a punto de chocarme. Mis nervios aumentan y la desesperación hierve en mis venas.

— ¡Sasuke! — el grito mezclado con un sollozo a través de la línea  me hace apretar la mandíbula de rabia e impotencia por no estar allí. Por preferir de nuevo el sexo con Ino que estar con mi esposa que en este momento me necesita

—¡Ya voy!— grito también — Solo espera un segundo, mi amor. Estoy contigo.

Freno de golpe cuando me toma el semáforo en rojo y golpeo el volante con rabia y un gemido de frustración porque una maldita patrulla está justo frente a mí y lo que menos necesito son retrasos si me paso el alto.

— Cariño, háblame. — le pido y solo escucho su respiración entrecortada. — ¿Sakura?

Un nuevo sollozo llega a mis oídos y le ruego a Dios que nadie se tope ahora en mi camino porque lo único que puedo hacer bien ahora es matar.

— Sasuke — su voz ahogada me parte el alma.

—Voy en camino, mi cielo. Solo espera por mí. —

Se corta la llamada y mientras manejo intento comunicarme  de nuevo, pero envía directo al buzón.

Dios, por favor. No me hagas esto.

Cuando estoy a unas cuadras de llegar siento que el camino se me hace eterno pero al fin llego.No me molesto en aparcar bien. Estoy aquí y me importa poco si la policía se lleva el auto. Sakura es mi prioridad ahora.

Las luces estan apagadas y eso aumenta mi terror. Esa maldita llamada quedará grabada en mi memoria por el resto de mis días.

La puerta tiene el seguro por dentro y un nudo inmenso se forma en mi garganta. No sé que es lo que pasa allí adentro, no sé a lo que me enfrento y no sé de lo que soy capaz.

Abro la puerta de una patada y el silencio es lo que me recibe. No se ve nada.

Subo a las habitaciones y pateo cada puerta que encuentro cerrada.

Nada.

Bajo a la sala de nuevo.

— ¡Sakura.! — grito preso de la desesperación.

— Aquí estoy, cariño — su voz tranquila y tenue me hace voltear de inmediato a la dirección de la que proviene.

La pequeña lámpara al lado del sofá se enciende y me deja ver a la mujer sentada en él.

Un corto vertido jade, tacones altos y maquillaje es lo que encuentro cuando la deparo. La miro con incredulidad.

Está perfecta.

—Vamos, acércate. — me dice sin moverse y noto un trago de whisky en su mano izquierda. Lo mueve en círculos mientras me ve a la cara.

Su rostro está irritado, sí ha llorado, pero no hay peligro. Revise toda la casa y está en perfecto orden.

EL PESO DE LA TRAICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora