Capítulo 4

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POV SASUKE.

Después de un arduo día de trabajo por fin puedo suspirar con alivio.

El negocio con Uzumaki fue un éxito y así como trae ganancia, también trae estrés, prisas y cansancio.

Quien diría que mi "rival" terminaría siendo mi socio.

Naruto Uzumaki llegó a la ciudad y lo hizo como un buen empresario. Está casado con Hinata Hyuga, la chica tímida que casi nadie notaba.

Resulta que está trabajando en el hospital donde trabaja Sakura desde hace casi un año. De lo que de pierde uno.

Nuevamente suspiro y recuerdo ese día hace una semana...

Flashback.

Llegaba del apartamento de Ino después de mi ya habitual acostón con ella. Había prometido llevarla a cenar.

Estaba todo en silencio al llegar a casa. Iba llegando a la habitación. No había rastro de Sakura y supuse que estaría dormida ya. Eran casi las dos de la madrugada.

Fruncí el ceño cuando al entrar no ví a Sakura en la cama. El sonido de la ducha llamó mi atención y justo cuando intenté tocar paso.

Sollozos reprimidos sonaban de fondo acompañando el caer de la lluvia artificial. Un ligero lamento cargado de  dolor llegó a mis oídos y la culpa invadió todo mi ser.

Por muy ajena que resultará mi traición para Sakura , no cambiaba el hecho de haberla abandonado.

Dejé de llevarla a cenar,
De tocarla,
De consentirla
De demostrale mi amor,
Dejé darle mi atención.

He perdido tanto tiempo en Ino que  hasta ahora me doy cuenta de lo egoísta que he sido con Sakura. La única afectada, ha sido, es , y siempre será ella. Una mujer grandiosa que no merece nada de lo que le estoy haciendo.

Un nuevo sollozo me saca de mis pensamientos y empuño las manos a mis costados, pegó la frente a la madera de la puerta y escucho con atención su llanto. En silencio.

Sonará cruel, lo sé. Pero quiero escucharlo para ver cuánto daño le he hecho. Para ver si así, de alguna forma corto ese círculo vicioso que tengo con Ino y detener desde ya el daño colateral que hacemos con esto.

La regadera cesa y salgo de la habitación por un trago al minibar. Espero al rededor de veinte minutos y de nuevo regreso. Está dormida. Sin rastro del llanto que presencié sin que siquiera sospechara que presencié todo, o parte de tu tormento.

La observo y recuerdo la tantas veces que la encuentro justo como está.

Dormida, aparentemente tranquila, y me pregunto si todas las veces ha sido como ahora. Llorar en la ducha y después dormir como si nada hubiese pasado.

Aún con el trago en la mano me pongo su altura y acaricio con los nudillos su mejilla irritada. Una caricia suave , con la intención de que no la perciba.

Sin quererlo mi vista se nubla y un nudo inmenso se instala en mi garganta. Porque también sufro.

Porque aunque parezca increíble también duele. Porque sé que el día que ella lo sepa, mi vida también se perderá en el abismo de la oscuridad. Porque el día que ella me de la espalda mi mundo se vendrá abajo. Moriría sin ella.

Fin de Flashback.

Apoyo la cabeza en el espaldar de la silla y suspiro de nuevo. Ya no sé qué hacer con mi vida.

EL PESO DE LA TRAICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora