Capítulo 1

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POV Sakura

Retoco mi maquillaje y borro con el todo rastro de llanto. La rabia, el dolor y la impotencia juegan en mi contra y provocan en mí las ganas inmensas de saltarle a la cara en cuanto cruce esa puerta y hacer todo un espectáculo digno de una mujer herida, pero eso no va conmigo.

Tengo que saber sobrellevarlo como una mujer madura. Ver hasta donde llega su hipocresía y planear una forma de solucionar esto sin que termine más rota de lo que ya estoy.

Escucho el común sonido de llaves chocar entre ellas y esa es la señal de que ha llegado.

- Estoy en casa -

Su voz grave y profunda llega a mis oídos y siento un escalofrío recorreme la columna por la ira y el dolor mezclados.

- Bienvenido - digo tranquila e intentando tragarme el nudo en la garganta. Mi mente comienza a trabajar y no puedo evitar deducir de dónde viene.

Su mirada se encuentra con la mía y como los últimos meses solo veo un par de posos sin fondo que evitan verme a los ojos el mayor tiempo posible cuando se encuentra en casa.

- Qué pasa - dice dejando las llaves en la pequeña mesa que se encuentra a su lado.

- Nada - Subo mi mirada hacia el reloj sobre su cabeza y lo veo marcar las 7:55 de la noche. - ¿Pasamos la comedor?, La cena está lista.

Cierra los ojos y suspira.

- Lo siento, Sakura. Estoy cansado y solo quiero dormir. -

El dolor aumenta y confirmo lo que sospechaba. No se acordó de nuestro aniversario.

- Está bien. No pasa nada.- intento sonreír pero incluso esa mínima acción lastima.

- Buenas noches - dice con voz seca y pasa a mi lado sin siquiera mirarme.

Lo escucho subir las escaleras justo de tras de mi y en cuanto la puerta de la habitación se cierra dejo rodar por mi mejilla una lágrima que lleva con ella todo mi corazón hecho pedazos.

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Dejo correr el agua por mi cuerpo intentando que con ella se vallan todas mis preocupaciones.

Anoche después de llorar sola sentada frente a la mesa decidí dejar de ser débil y buscar una solución a mi matrimonio.

Salgo de la ducha y lo veo frente a la ventana en espera de su turno para ducharse también. Hace más de tres meses de dejamos de entrar juntos, creía que sería algo pasajero, pero con el pasar de los días  y ver qué no tenía intención de volver a hacerlo dejé el asunto por la paz.

- Buenos dias - intento entablar una conversación.

- Buenos días - responde con voz calmada.

Al voltear veo su mirada sorprendida, igual que ducharnos juntos había perdido la costumbre de salir en toalla del baño, lo hacía vestida para solo salir a maquillarme, peinarme y ponerme los tacones.

- Ve a ducharte, se te hará tarde - le digo después de ver qué no se movía manteniendo la mirada fija en mi. Salió de sus pensamientos y sin decir nada se encamino hacia el baño.

Son exactamente las ocho de la mañana cuando cruzo la puerta principal del hospital. Ser directora general no es nada sencillo. Amo mi trabajo, siempre lo he hecho, pero hoy no tengo ganas de estar aquí por el simple hecho de que tengo que verle la cara a la persona que diciendo ser mi mejor amiga se revuelca con mi marido desde quien sabe cuándo.

- Buenos días, doctora Uchiha.-

-Buen día, Shizune. ¿Qué novedades hay?-

-Por ahora solo los pendientes que dejó de ayer, la doctora Uzumaki llegó temprano - dice extendiendome un expediente.- Es del paciente de la habitación 225 que tiene a su cargo. Está por ser dado de alta pero aún no se ha presentado ningún familiar para hacer los trámites requeridos para el alta. Me pidió que lo revisara y le dijera que procedimiento seguir.

EL PESO DE LA TRAICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora