Capítulo 4

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—¿No qué Aiden había salido? —cuestioné a Spencer

—Él me dijo que iba a salir —se encogió de hombros

Y en un abrir y cerrar de ojos Aiden ya se encontraba parado en el marco de la puerta de mi habitación

—¿Así qué tú serás la que tendrá una cita? —preguntó—
Y empezaron los celos de hermano

—¿Eso importa?

—Oh, claro que importa, ¿Es con Anderson? —se cruzó de brazos

—¿Y a ti qué con eso? —bufé

—¿Y tu Spencer? ¿Te quedarás ahí parado y no dirás nada o qué? —le preguntó en un tono molesto, aún con los brazos cruzados

—Yo... —él no sabía ni que decir
Miré el reloj de pared y ya casi era la hora

—Bueno..., si me disculpan me tengo que ir — les di un beso en la mejilla—. Los quiero
Dije por último y salí de ese circulo tan incómodo.

Salí de la casa y me fui directo al árbol. Ya no tenía tareas por hacer así que podía estar tranquila. Cuando llegué me di cuenta que ahí estaba el, recargado en el árbol leyendo un...

¡CUENTO!, ¡DIOS MÍO ¿COMO SE ME PUDO OLVIDAR EL CUENTO?!
Bien ya no podía hacer nada ya estaba a unos cuantos metros de él

—Hola... —le saludé un tanto nerviosa, no sabía ni porqué

—Hey, ¿y tu cuento?
Diosito, ya mátame..., bueno no, no era la gran cosa

—Ah sí, se me olvidó —le dije mientras me sentaba alado de él

—Oh, podemos leer este ¿te parece?
Siempre tan lindo

—Claro, porque no —le contesté y recargué mi cabeza en su hombro

Él comenzó a leer y luego yo..., y así nos íbamos turnando.

Acabamos de leerlo y nuevamente recargué mi cabeza en su hombro, había un silencio pero no era incómodo, ese era lindo y me gustaba, hasta que él lo rompió

—Oye Jane... —lo escuché decir, ya que yo tenía los ojos cerrados, sintiendo el aire

—¿Qué sucede?

Ron: me gustas —confesó
Dicho eso mi corazón empezó a latir demasiado rápido, todo fue muy rápido y no dudé en contestarle

—Tú también me gustas
Le respondí y él se movió. Yo quité mi cabeza y lo miré:

—¿Qué pasa?

—¿De verdad te gusto?

—Ron... nos hemos besado un par de veces —dejé salir aire—. Si no me gustaras no hubiera pasado eso

—Sí... tienes razón —dijo eso y yo solo sonreí y asentí—. Eres muy linda cuándo sonríes

¡ESAS TÍPICAS MARIPOSAS! ¡LAS SENTÍA!

—Por supuesto que lo soy, y también tú, me gusta cuando sonríes..., ya que no siempre lo haces
Dije y él sonrió. Y claro teniendo un padre como Pete es obvio que no siempre estará sonriendo

—Jane... ¿quieres ser.... mi-mi novia?

¡MALDICIÓN! Lo siento, me volví a emocionar

¡ESAS PALABRAS!, mi corazón estaba latiendo muy rápido, eso fue muy  pero muy lindo AAAAHHHH

Perdónenme, ya no gritaré más

—SÍ, perdón —él rió leve —. Señor Anderson, si quiero ser su novia —le respondí con una sonrisa de oreja a oreja, y él me abrazó, algo que yo le correspondí

—Jane, te quiero —confesó

—Te quiero, Anderson —También confesé

Nos acercamos poco a poco, ya estábamos muy juntos que hasta nuestras respiraciones chocaban y...

¡NOS BESAMOS!

Lo siento, ahora si será la última vez que grite, continuaré...

Pero ya no era un beso de ¿amigos?, nos besamos como pareja y era muy lindo, pero una voz hizo que nos separáramos

—¡HEY!

MI PRIMER AMOR; ron andersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora