Capítulo 4

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Narra Rose:

-Yo nunca le escribí nada a mi madre, solo hablamos por teléfono. -Emitió Lisa.

- Por eso nunca dices lo que en verdad sientes. - Planteó de manera triste Jennie.

-No soy buena con las palabras, me cuesta expresarme con todo, y con mis padres directamente, solo diría cosas muy hirientes porque no permiten que sea yo, solo quieren que sea lo que ellos quieren, es más importante las apariencias que su hija. Incluso todavía ni sé porque sigo viva o porque decidieron que naciera si siempre se quejan y burlan de mí. - Dijo una entristecida Lisa.

-Vaya Lisa, no digas eso, tú tienes que ser tú misma y al diablo lo demás. Dije.

-No puedo. - Dijo.

-Si de consuelo te sirve, mi madrastra no me quiere, en realidad creo que siente un poco de celos que mi padre sea muy apegado a mí y me consienta. - Emití.

-Entonces la mamá de Lisa debe estar celosa también. - Dijo Jennie.

- ¿Por qué? - Preguntamos al mismo tiempo Lalisa y yo.

-Por lo hermosa que eres, ¿acaso no te das cuenta? Quiere lograr en ti lo que ella no pudo. - Sonreímos por el comentario de Jennie.

- ¿Rosie y tu mamá? Preguntó Lisa.

- Mi madre murió hace tres años. Respondí. - Lo siento. Emitió Lisa.

-En vez de escribir una carta como lo hice yo, tal vez ella pueda oírte. Remató Jennie.

-Lo intentaré. - Respondí.

Jennie miraba la situación un poco pensativa, pero yo no entendía aún por qué, pero no me animé a decir nada más que un. ----- Que les parece si vamos a dormir chicas? Me gustó conocer un poco de sus historias. Dije.

- A nosotras también, y nos alegra mucho que seas nuestra compañera pequeña ardillita valiente. - Dijo Jennie.

Narra Jennie:

Luego de que decidimos ir a dormir, intenté de muchas maneras conciliar el sueño, pero no pude, vi que Rosie y Lisa estaban dormidas, por lo que me levanté y salí a caminar por el patio del internado.

Mientras me dirigía sentí un abrazo rodeando mi cuerpo por la espalda y un beso en mi cuello de esos que tanto me hacían suspirar. - Lalisa, aquí no. - Dije.

- ¿Por qué? Si te encanta. - Respondió

- Pero, nos pueden ver. - Le dije

-Ya lo sé, pero ahora todos duermen, así que tranquila. – Dijo

Caminamos un muy buen rato por todo el patio, mientras charlábamos de lo que queríamos para nuestro futuro y coincidimos en algo más, nos queríamos las dos en él.

-Lisa, te juro que no podía aguantar un segundo más sin poder probar tus labios. - Dije tomando de la mano.

-Y yo sin poder contigo así de juntas. - Dijo, acompañado de un beso lleno de amor y deseo.

Nuestras bocas encajaban a la perfección, junto con nuestras lenguas que esperaban ansiosas por su encuentro, le tomé el cabello con mis manos y ella acercó mi cuerpo al suyo, la necesitaba mucho, con un solo roce producía tantas cosas en mí. Dejó mi boca para llevar sus labios a mi lóbulo y empezar a dar pequeños mordiscos, y susurrarme que fuéramos a otro lado, bajo su boca para llevarla a mi cuello y dejar besitos allí para luego volver a mi boca... era tanto el deseo que teníamos cada vez que estábamos a solas que no podíamos evitar dejarnos llevar.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora