Capítulo 6 [Segunda parte]

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Me solté en seguida del agarre de Masson, decidido a retirarme pero el nuevamente sujetó mi antebrazo

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Me solté en seguida del agarre de Masson, decidido a retirarme pero el nuevamente sujetó mi antebrazo.

–¿Qué hacía aquí?–articuló en voz alta, ante mi silencio.

–Solo venía por café, y–me encogí de hombros–no había.

–¡De mí no te burlas con tal engañó!–clamó–¿Estabas buscando algo?.

–Si, el café–sonreí.

Me soltó y a travesé la puerta de un empujón.

¿Por qué me dejó ir así de repente?.

Sin embargo, no me quejo, me he liberé de un futuro problema en poco tiempo.

Caminaba en dirección a los apartamentos con pasos lentos, estaba agotado y lamentablemente creo que habitaré con Julieta y Laura. No hay manera de hacer cambiar la regla de Masson, es un decreto.

De hecho, no estoy del todo informado si "Julieta" es el nombre de la pelirroja, pero recapitulando la conversación de hace unos minutos da a entenderlo.

Laura, por un lado, me caía bien desde que la conocí ayer en la enfermería, pero descubrí que no es tan pacífica y gentil como parecía. Me alegra en tan poco tiempo desenmascararla, ella le hace caso sumiso a las ordenes del director y me pone expuesto debido a la investigación que llevará a cabo conmigo. De no haber oído la conversación entre Cravel y Masson, de seguro hubiera obtenido de mi parte información personal con el tiempo.

Crucé los pasillos de Reverns, y a lo minutos acabé en el campus de la universidad; el viento arrasador de la noche me acechó en seguida, y el olor a flores primaverales se inundó en mis fosas nasales, contrayendo un ambiente natural y abrigador.

No pasaron muchos minutos en cuanto alguien llegó a mi mente, desestabilizando mi autoestima; Palmer. Y creo saber el porqué perfectamente.

Ella y yo íbamos todos los días al jardín enfrente de mi casa. Juntos, paseábamos a su perrita Carol y al gato de Camila Alicia. Es inevitable, no conmemorar esos días, pues han sido muchos momentos a su lado, y este ambiente solo puede llevarme a un viaje mental en donde los viejos tiempos se hacen presentes en mi inconsciente.

Recuerdo en una sonrisa la felicidad que me transmitía estar a su lado, todo era risas y alegría, ahora la única conexión entre ambos son los recuerdos, solo eso.

No olvidar esos momentos, no significa que aún la ame, porque no es así. Sencillamente me es difícil borrar tantas cosas que sucedieron entre ella y yo; desde risas hasta desdichas.

Como aquel día en la playa, cuando la noche se aproximaba y el atardecer se dispersaba en el cielo infinito. Ella estaba enfundada en un hermoso vestido blanco, suelto, hasta sus rodillas, lo cual creaba una combinación impresionantemente estética, con su brillante y natural cabello rubio.

Reverns © *ACTUALIZACIONES LENTAS*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora