Capítulo 3. Ojos color mierda

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Alekei sonreía mientras caminaba por los pasillos de la tienda junto a Eclipsa, ella leía la lista de compras que le habían dejado sus padres, además de su propia lista de compras

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Alekei sonreía mientras caminaba por los pasillos de la tienda junto a Eclipsa, ella leía la lista de compras que le habían dejado sus padres, además de su propia lista de compras. Alekei caminaba apoyado en el carro de compras mientras veía a su brujita elegir las cosas y dejarlas en el carro.

La albina intentó tomar un paquete de papel higiénico, pero estaba alto, ¿De quién fue la brillante idea de poner los paquetes de papel higiénico en un lugar tan alto?, ¿Acaso no pensaron que el tamaño promedio de la ciudad era de 1,55 cm?, Idiotas.

Alekei estaba bastante entretenido viendo como la bruja se estiraba para alcanzarlo, se dio cuenta de que ellos no usaban mucho su magia, no como otros brujos que prácticamente vivían entre hechizos y runicas, ellos eran más de pociones.

Dejando de lado el hecho de que sería más fácil para ella usar magia, carajo, se veía tan linda de espalda y apoyada contra la estantería, no había mucha gente, ¿Y si le bajaba los pantalones y se la follaba?, Ella le estaba pidiendo que se la follara, su hermoso culo estaba un poco alzado, como diciéndole que le diera una nalgada.

Se imaginó empotrándola contra el estante y arrancándole los malditos pantalones, enterrando su verga entre sus piernas y montándola aún de pie.

Eclipsa parecía que iba a hacer un hechizo para bajar los paquetes así que Alekei le habló con voz ronca.

-¿Quieres que te ayude?- preguntó Alekei entretenido al ver a Eclipsa intentando tomar las cosas que estaban en la parte de arriba del estante.

La chica de ojos azules se sonrojó, generalmente no pasaba esa clase de vergüenza, era alta, pero no entendía por qué mierda siempre dejaban el papel higiénico en la parte más alta, además al fondo.

-Sí...- susurró alejándose del estante.

Al hada le hubiera gustado que se quedara allí, tal vez así podría acariciar discretamente su trasero.

Alekei tomó dos empaques de papel higiénico y lo dejó en el carro a la vez que le sonreía a la albina que seguía un poco sonrojada.

Ese tipo era realmente alto, se había dado cuenta antes, pero ahora que lo tenía al lado le parecía demasiado alto, debía medir dos metros más o menos.

Eclipsa observó con curiosidad las orejas puntiagudas del hada, era bastante guapo y exótico, además de su lindo cabello negro con una especie de flequillo a los lados, lo hacía ver extremadamente atractivo.

Alekei sonreía mientras dejaba que su hermosa pareja lo viera todo lo que quisiera.

-¿Quieres que me quite la camiseta para que puedas ver mejor?- preguntó en una risa, Eclipsa se sintió avergonzada y hasta un poco humillada, así que solo se dio la vuelta y fue a buscar lo demás.

A ese tipo le encantaba burlarse de ella.

Aunque Alekei simplemente intentaba que sus insinuaciones no fueran tan evidentes con esas "bromas".

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