Capítulo 2. Si no trabajas te echo

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"Te voy a echar"

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"Te voy a echar"

Era la amenaza recurrente de Eclipsa contra Alekei, si no le hacía caso lo echaría, si no ayudaba lo echaría, si le seguía mirando su culo lo echaría.

Como si le fuera a hacer caso.

-¿Cómo demonios es que no sabes lavar platos?-.

-Nunca lo había hecho- ¿Y por qué parecía un vagabundo entonces?.

Eclipsa pensaba que él tal vez fue un niño mimado, tal vez se metió en algo que no debía, de todos modos ya no se podía salir ni fingir que nada pasaba, estaba atada a él aunque no quisiera.

-Guarda los platos- Alekei asintió, a pesar de no saber cómo hacer tareas domésticas quería aprender a ser útil, algún día ellos dos vivirían juntos y necesitaba poder hacer esas cosas para ser un buen compañero.

De vez en cuanto Alekei se daba vuelta para ver a su brujita, mierda, sí que tenía un lindo culo, unas lindas piernas, quería ver sus tetas, pero estaba de espaldas.

-Vas a quedar en la habitación de mi hermano por ahora, pórtate bien o mis gatos te matarán- le amenazó.

-¿Y si no me porto bien?- sonrió coquetamente marcando sus ojuelos e inclinándose hacia ella.

De pronto vio a uno de los gatos, Leo, queriendo morder su brazo.

-Serás su comida- Alekei asintió rápidamente.

Había traído las pocas cosas que tenía en su mochila, por suerte tenía una camiseta para ponerse.

Observó el bosque desde la ventana de la cocina, ese grupo de hadas habían sido enviadas por su padre, no tenía la menor duda, pero le preocupaba que trajeran más.

Si su padre sabía de su ubicación estaba jodido, pero lo más seguro es que haya enviado a varios en diferentes direcciones, así que no debía preocuparse.

Aun así tenía otro problema.

La estúpida bestia que tenía dentro no paraba de pedirle el control, ni muerto, si alguien se iba a follar a Eclipsa era él y solamente él, nadie más tenía el puto derecho a tocar a su brujita.

Además que tenía una constante erección, ese sí era un problema.

No era su culpa que ella oliera delicioso, ni que tuviera un culo así de lindo, o unas tetas tan grandes.

Mierda quería chupar cada centímetro de sus tetas, quería cubrirlas con esperma, quería tocarlas mientras masturbaba su pene.

Quería hacerle tantas cosas a su hermosa pareja.

Eclipsa empezó a hacer la cena con tranquilidad ignorando la mirada del hada.

¿Por qué a ella?, Mierda, ¿Por qué a ella?

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