Capitulo 17. ¿En qué estabas pensando?

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La bruja no daba crédito de la estupidez que había dicho, pero para cuando fue conciente de la situación ya tenía a un mhor gigante encima suyo chupando su cuello y manoseado sus tetas mientras se quitaba torpe y desesperadamente los pantalones.

De verdad era una idiota, la vergüenza la invadía de solo pesar en tocar tan deliberadamente el miembro de su novio, más aún hacerle sexo oral.

Alekei por otro lado estaba feliz como un jodido gato doméstico siendo alimentado, aunque al principio se descolocó por lo directa que fue la bruja, lo cuál es algo nuevo, tampoco era un imbécil para dejar pasar la deliciosa oportunidad de tener a su pareja chupando su polla mientras envolvía sus lindos rizos blancos en su mano.

El hada dió varias lamidas y pequeñas mordidas en el cuello blanco y pecoso de su pareja, tenía lunares muy lindos y eso le encantaba, realmente quería dejarle chupetones pero ella le había pedido que no lo hiciera así que tenía que hacerle caso a su linda dueña.

Eclipsa por otro lado estaba tomando aire decidiendo si en verdad quería hacer lo que estaba a punto de hacer, estaba nerviosa pero si era sincera consigo misma realmente le exitaba pensar que ahora él era su novio y que podía hacer lo que quisiera, si el también quería claro.

La bruja se decidió y tocó la cremallera del pantalón del moreno indicándole sutilmente que se los bajara, su novio obviamente lo hizo sin pedir ningún por favor ni mierdas, tampoco quería que ella se arrepintiera, aunque si lo hiciera trataría de parar, Ledin ya lo había seermoneado mucho al respecto.

Alekei se sacó los pantalones quedando en boxer frente a su linda brujita, su pene se marcaba demasiado bien en la tela, y la punta estaba levemente mojada, parecía un puto pedazo de titanio de lo dura que tenia la polla.

Eclipsa puso sus claros y lindos ojitos en la mirada pervertida de su novio, como pidiendo permiso para tocarlo un poco más, aunque sus pupilas dilatas y la oscuridad en sus ojos violeta fue suficiente para decirle que hiciera la mierda que quisiera.

Ella se acercó delicadamente al cuerpo del mhor, se sentó sobre sus piernas y apoyó su mano en el pectoral del hada, acariciando y apreciando sus músculos. Él la miraba un poco desde arriba, viendo como su lindos rizos albinos se agitaban mientras ella volteaba a ver cada parte de su cuerpo.

Se sentía feliz y orgulloso de haber entrenado duro todos esos años, había valido la pena, todo valía la pena con tal de ver a su brujita feliz y manoseandolo.

La albina lentamente va bajando su mano hacia la entrepierna del hada, su corazón se aceleró y su respiración se entrecorto, al igual que la de su pareja.

Alekei estaba jodidamente caliente, quería tocarse pero su linda brujita parecía una conejita curiosa inspeccionado el terreno para ver si era bueno comer lo que le estaba ofreciendo.

Y le quería llenar la boca con su semen hasta que le dieran arcadas, así que ella podía inspeccionar la mierda que quisiera.

Eclipsa tímidamente termino su camino tocando la punta del pene de su pareja cubierta por un tela ya humedecida, se sentía avergonzada, pero quería seguir, quería ir más allá, hasta donde sus fantasias la llevarán.

Cuando presionó un poco la punta Alekei jadeó, sintiéndose exitado con ese pequeño roce. Cada movimiento que ella hacía curiosa al rededor de él lo ponía cada vez más caliente, se sentía al límite, se iba a correr apenas lo tocara directamente.

- ¿Quieres verlo? - Alekei sonrió descaradamente al ver el rubor en las mejillas de Eclipsa, eso le dió una idea de lo que ella quería.

El moreno sacó su pene de sus boxer dejándolo a completa disposición de su brujita, ella se volvía cada vez más roja, lo cual era extremadamente tierno.

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