La quinta balda de la tercera estantería

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Una tarde más, ella vuelve a visitar la librería de la ciudad en busca de nuevas historias donde sumergirse.

Ojea con detenimiento y sin prisa todos los libros que le llaman la atención, y también observa libros que ve siempre pero nunca se atreve a comprar.

Quizá por el simple hecho de poder volver a la librería y tener curiosidad sobre él para ojearlo.

Pero esta vez hay uno que le llama la atención de una manera distinta.

Entra al área de ciencia ficción, a la cual no suele prestarle mucha atención, pero esta vez un libro la ha atraído.

Es la tercera estantería, y la mayoría de lomos son un tono oscuro cubierto de colores que llaman la atención, violeta, turquesa, naranja...

Pero hay uno...

En la quinta balda, más arriba de lo que ella puede alcanzar.

Un lomo oscuro con estrellas o constelaciones de colores.

Ella busca por algún lado un escalón para poder agarrar el libro, pero no hay ninguno cerca y prefiere no arrastrar uno hasta ahí, por temor a hacer mucho ruido.

¿Y porqué no simplemente pregunta a algún trabajador para que lo alcance por ella?

Realmente quiere hacerlo, pero algo se lo impide.

Ni si quiera es capaz de ver exactamente su título, así que por ese día, lo deja ir.

***

Otra tarde nublada, y ella está otra vez en la sección de ciencia ficción. Últimamente la visita más a menudo, pero aún no ha leído ninguno de sus libros.

Pero ese de ahí arriba... Sigue ahí, no se ha movido ni un centímetro de su sitio, como si nadie osara tocarlo.

Y ella sigue queriendo hacerlo, pero sigue sin atreverse.

Nuevamente lo deja correr. 

Pero esta vez compra un libro de ciencia ficción.

***

¿Por qué no había leído ninguno antes? Se preguntaba ella entrando un día más a la librería.

Ese libro que compró se había convertido en uno de sus favoritos, algo muy complicado de hacer para sus altas expectativas.

Ojeó las secciones de siempre, pero obviamente no evitó la de ciencia ficción, que cada vez le interesaba más.

El libro seguía ahí.

¿Qué tienen esas constelaciones que nadie llega a ellas?

Y ella otra vez estaba ahí anhelando ver su cubierta.

Había una separación tan pequeña entre ambos, pero ella se conformaba con mirarlo unos segundos, o minutos cada vez que iba.

***

Ya era costumbre imaginar qué historia o qué título podría tener ese libro, el cual se había convertido en el gran misterio que la ilusionaba .

¿Por qué a veces tenemos algo tan cerca y no nos atrevemos a dar un paso hacia ello?

Una vez más lo observó durante ese lapso en su estancia en la librería.

Y una vez más se fue con la duda de cómo sería.

***

El libro no está.

Y ella mira el hueco en la estantería con sorpresa, decepción en incluso un deje de melancolía.

—Esta vez te vas con él.

Ella se giró hacia la voz y vio a un chico extendiéndole algo.

Bajó la mirada y entre sus manos había un libro.

—Deja de pensar que lo que tienes delante es inalcanzable, aunque haya una barrera entre ambos. Solo ponte un poco de puntillas y rompe esa barrera.

Al principio no reconoció el libro, pero cuando se fijó en el lomo lo vio.

Era el libro de la quinta balda de la tercera estantería.

Una pequeña mente inmenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora