Ya ni si quiera pienso en rimas o maneras de hacerlo sonar mejor, ahora simplemente me desnudo y que salga lo que sea incapaz de retener. No me apetece pensar en un título, pero sé que terminaré haciéndolo, de la misma manera en que no me apetece pensar en ti, pero también sé que no puedo evitarlo. Ya ni si quiera me apetece esconder metáforas en mis palabras, porque lo que me preocupa es que me entiendas. Te echo de menos, te echo de menos, te echo de menos, ¡te echo tantísimo de menos! Y me rompo la cabeza para entender que he hecho, me preocupa no saber de ti, quiero saber cómo va todo, y me duele realmente no saber nada. Me duele pensar que ya sobro, que si no sé de ti es por algo, pero me mata tanto por dentro que esto no haya sido ni tan solo un adiós sin explicación, sino una desaparición sin aviso.
Me inunda de dudas y me entierra la tristeza, de pensar que oírte sería un caso único y no una rutina, como en algún momento lo fue, algo de un día cualquiera.
Me cuesta entender la velocidad que adquiere el tiempo, y como me arrasa poco a poco. Me cuesta seguir sin poder tener un destello de ti. Echo de menos tus reflexiones, tu risa, tu manera de expresarte. Echo de menos todo lo que puedo echar de menos de ti.
¿Dónde estás?
ESTÁS LEYENDO
Una pequeña mente inmena
Teen FictionCortos relatos sin pies ni cabeza. A falta de contexto, es necesario el uso de la imaginación. Ideas que se escapan de mi mente, historias que quieren ser contadas y pensamientos que exigen ser plasmados, todos ellos se reúnen aquí para intentar ent...