Ella se detiene jadeando y apoya sus manos sobre sus rodillas en un intento por ganar energías. Mira hacia todos lados alerta por si vuelve a oírlo.
Es cuando está poniendo una mano en una de las estanterías cuando nota unos pasos acercándose. Rápidamente se impulsa para volver a la carrera y se sumerge entre los cientos de estanterías que los rodean, pero una capa invisible le dificulta la acción, como si la gran cantidad de historias, letras y palabras que la rodean se pusieran frente a ella y le impidieran seguir con fluidez.
Igualmente lucha por seguir y seguir, ignorando que tan lento vaya, el hecho de seguir adelante ya la reconforta.
Deja de escuchar los pasos nuevamente y reclina la cabeza sobre una estantería.
Un libro de esta le llama la atención, y al sacarlo, lo encuentra.
Un par de ojos, esos ojos, mirándola a un par de centímetros.
Ella deja caer el libro y sale corriendo hacia la salida del pasillo desembocando en otro, pero al otro lado de la estantería están esos ojos mirándola con una sonrisa retadora.
Esta vez ella no corre.
Esta vez ella no está asustada.
Esta vez ella sonríe.
Y corre hacia esos ojos.
Corre, corre y corre, persiguiéndolo entre los cientos de estanterías, libros, historias, letras y palabras, entre la infinidad de ellos.
¿Dónde termina? ¿Dónde había empezado? ¿Dónde están?
Qué más da.
Esos ojos las miran con un brillo especial y una sonrisa socarrona mientras intentan escapar de ella, y ella y el vuelo de su vestido, sus ojos anhelantes y una sonrisa emocionada lo siguen.
Escapan uno del otro aún sabiendo que quieren estar juntos.
Simplemente juegan a intentar separarse de la cuerda que los une invisible e inebitablemente.
Porque de todas formas, ambos saben con certeza que lo que más desean es sentirse.
* * *
En el centro del gran laberinto de estanterías reposan miles de libros amontonados unos sobre otros, y entre ellos, dos figuras sonrientes con los ojos cerrados. Tumbados y tocando el dedo índice del otro.
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Una pequeña mente inmena
Teen FictionCortos relatos sin pies ni cabeza. A falta de contexto, es necesario el uso de la imaginación. Ideas que se escapan de mi mente, historias que quieren ser contadas y pensamientos que exigen ser plasmados, todos ellos se reúnen aquí para intentar ent...