Había una vez un cuento

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Había una vez un cuento, 

un cuento que quería ser conocido en el mundo.

También había una vez una mente,

una mente cargada que necesitaba desahogarse.

El cuento luchaba por salir de esa pequeña mente inmensa tarde y mañana, noche y día, hora y segundo.

La mente, sin razón alguna, o quizá por costumbre, intentaba mantenerlo dentro.

Pero el cuento no se rendía, y después de tanto esfuerzo dolores provocados a la mente, ella lo dejó escapar.

El cuento salió, escapó, fluyó, y comenzó a ser conocido más allá de los barrotes de la mente.

Ella, se sintió mucho más relajada y aprendió a dejarlo ir.

Él, se sintió libre y comenzó a ser contado por cientos de voces.

Cada voz lo moldeaba un poco, le quitaba partes o añadía otras, pero eso al cuento no le disgustaba, lo llenaba aún más.

Y así nació una historia, una corta historia pero que sería inmensa y eternamente contada.

Una pequeña mente inmenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora