Muertes, aliados, verdades, batallas, sacrificios..
Los guerreros Z tendrán que batallar nuevamente por el bien de la tierra, nuevos villanos llegarán a acabar la paz del planeta, uno más fuerte que otro, ¿Podrán los guerreros Z superarse y acabar c...
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0.12.
— ¿PERO QUE RAYOS? — preguntó Akari mientras miraba estupefacta a Vegeta convertido en Ozaru al igual que su hermano.
El Ozaru golpeó la roca donde se encontraba los hermanos Son, los cuales lograron elevarse a tiempo.
Vegeta, convertido en un simio gigante ahora, atacó a Goku el cual con dificultad logró esquivarlo.
— ¿Ahora que demonios vamos a hacer? — preguntó Akari mientras esquivaba los golpes que daba el Ozaru.
— Sobrevivir — respondió Goku moviéndose de un lado a otro —. Es un mono monstruoso — comentó elevándose mirando al Ozaru.
— Les diré algo muy interesante de los sayajins que se convierten en un mono gigantescos — comentaba Vegeta, Akari sintió su cuerpo estremecerse por la voz de aquel mono —, ¡Su poder aumenta! — lanzó un golpe hacia donde estaba Goku parado.
Akari miró a su hermano elevarse a tiempo para luego ver cómo se sorprendía de repente.
— No, no puedo creerlo — comentó Goku parándose al lado de Akari.
— ¿Qué cosa? — preguntó la chica con curiosidad.
— El monstruo que pisó a mi abuelito y el que apareció en el torneo de las artes marciales, con que ese monstruo... — comentaba Goku haciendo que Akari se sorprendiera recordando.
— Éramos nosotros... — susurró Akari sintiendo la furia correr por sus venas.
Recordaba como su hermano y ella desobedecian las palabras de su abuelito mirando la luna para luego recordar cómo ella despertaba desconcertada mirando la ciudad destruida al lado de su hermano y a su abuelito en el suelo, ya muerto.
Akari apretó la mandíbula con furia, sentía sus ojos picar al igual que su garganta y nariz, su mente no era conciente del dolor que incrementaba en las palmas de sus manos al sentir sus uñas clavarse en ellas por la fuerza que ponía.
Su energía comenzaba a elevarse dejándose llevar por la furia, sentia rabia de ella misma, su mente poco a poco iba perdiendo la poca cordura que quedaba en ella.
Una luz violeta comenzó a rodear el cuerpo de Akari sin que ella lo tomara en cuenta, ahora mismo la rabia cegaba con totalidad su mente.
— Maldita sea... — susurró, necesitaba descargar su furia en algo o en alguien, y ahora mismo, el mono que se encontraba frente a ella era el blanco perfecto.
