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0.14.

AKARI COMENZÓ A SENTIR IMPOTENCIA por no poder ayudar a su sobrino el cual peleaba con el príncipe de los sayajin, de pronto Gohan cayó de rodillas al lado de ella.

—Gohan, no te preocupes —comenzó a decir la chica entre quejidos ganando la atención del niño—, yo pelearé.

—No tía, yo lo haré —habló con firmeza mientras se levantaba con un poco de dificultad—. Lo haré por el señor Piccolo.

La chica sonrió escuchando las palabras de su sobrino, aun así, temía que Gohan quedara en situaciones críticas o peor, en la muerte.

—Lo siento por no poder ayudarte, Gohan —se lamentó la chica mientras sonreía con melancolía—. Estoy muy orgullosa de ti, cariño.

Gohan sonrió emocionado, aquellas palabras que le había dicho la chica lo había animado bastante, se puso de pie dispuesto a seguir con el plan que le había dicho su padre.

Akari movió un poco su cabeza dirigiendo su mirada en dirección donde estaba su hermano con su mejor amigo, Krillin, el cual traía una bola de ki color azul sobre la palma de su mano, ahí entendió al recordar la técnica que trataba de hacer su hermano cuando ella distrajo a Vegeta.

Krillin, tu puedes hacerlo.

Gohan, junto con Vegeta, se elevaron mientras se miraban fijamente. El niño miraba con seriedad al mayor mientras que este solo sonreía ladinamente pensando que el pequeño de los Son ya está por llegar a su límite.

Ambos comenzaron a pelear, hasta que Gohan tomó distancia para lanzar el reconocido ataque por todos ahí con el nombre de Kamehameha, Vegeta al pensar que sería el último ataque que podría hacer el niño, desapareció de la vista de este logrando que el pequeño Gohan mirara expectante a su alrededor buscando la presencia del enemigo.

Cuando el sujeto apareció nuevamente en la vista del niño, este volvió a lanzar la técnica del Kamehameha en dirección del príncipe de los sayajin, sin embargo, Vegeta desapareció nuevamente para aparecer a unos metros de donde él había estado.

Gohan volvió a repetir nuevamente el ataque haciendo que Vegeta despareciera de su vista, el sayajin de sangre pura, estaba jugando con el niño, mientras más el pequeño de los Son utilizara su ataque, más rápido se cansaría.

Desde otra distancia se encontraba Krillin concentrado mientras miraba al príncipe de los sayajin esperando el momento adecuado para lanzar la bola de ki que le había otorgado su mejor amigo, Goku le estaba regalando la oportunidad de acabar con el mal, así que no quería fallar la gran oportunidad que se le había otorgado.

Gohan miraba asustado al principe del sayajin quien se acercaba con una sonrisa en su rostro.

—No importa cuánta sabandija quiera detenerme, nunca serán nunca serán capaces de derrotar a un guerrero tan poderoso como yo —habló acercándose al niño el cual retrocedía asustado—, creo que es demasiado tarde para ponerse a reflexionar sobre eso.

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