endless nights | langa & reki

VII

Transcurrieron unos dos días desde que me ví con Reki de nuevo, las cosas se habían destensado y parecía que todo marchaba medianamente bien. Aún no nos habiamos visto desde ese dia, pues no ibamos a clase porque las vacaciones de verano acababan de empezar lo que significaba que no nos veíamos todos los días, aparte, en mi estado no me podría permitir ir a clase como de costumbre.
Aunque eso teóricamente ya daba igual, total no volvería a pisar el instituto hasta dentro de unos meses.

Los grillos rechinaban en mis oídos y la brisa era pesada, y aunque el calor me contagiara una notoria pereza, ese sentimiento de que este verano iba a merecer la pena, poco a poco florecía dentro de mí.

A decir verdad, no podía dejar de pensar en qué pasaría si intentara ponerme depié, coger mi tabla y largarme a patinar como solía hacer antes. De verdad que extraño con todo mi corazón como mis ojos se entrecerraban al sentir el fuerte aire en mi cara cuando bajaba las rampas, cuando nos reíamos a carcajada suelta con Shadow y aún mejor, cuando podía sonreír junto a Reki bajo la luz del atardecer en el parque.
Entonces aquí es cuando me doy cuenta de que debí aprovechar aquello porque ¿y si realmente no vuelvo a patinar? Yo confío plenamente en mí pero si algo va mal y no puedo volver a agarrar esa tabla no sé que haré conmigo.

Pero antes de que esos pensamientos me llenaran de absoluta melancolía y desesperación se oyó un grito en el portal de mi casa.

¡Langa!

Alguien me llamó desde la puerta de mi casa, aunque esta estaba sola porque mi madre estaba trabajando, así que no supe quién podría estar a las tres de la tarde en pleno junio.

Con la única fuerza que el calor me permitía ejercer, impulsé las ruedas hacia la entrada para poder abrir la puerta.

-Lamentamos la visita inoportuna, Miya nos comentó sobre tu estado y vimos un buen momento para venir a verte.

-Oh, buenas tardes Cherry, Joe. No era necesario que vinierais a mi casa aposta.

-Vamos Langa, no digas tonterías, claro que era necesario, eres nuestro amigo.

Sonreí calidamente por su amabilidad, y esque, aunque no interacuara mucho con ellos debido a la diferencia de edades, les tenía aprecio.

-Bueno, realmente no venimos solos.

Cherry habló y dirigió su hombro en direccion opuesta a la puerta para abrir camino.

-¡Sorpresa!

La risa que rondaba mi cabeza todos los dias ahora se hizo presente, haciendo que involuntariamente en mi rostro se formara una sonrisa entre dientes.

-Pasad, hace mucho calor.

-En realidad Joe y yo nos vamos, tenemos asuntos que solucionar, será en otra ocasión chicos.

Reki levantó una de sus cejas en forma pícara sabiendo el doble sentido de esos "asuntos", a lo que Cherry rodó los ojos y se llevó la mano a la boca para contener la risa, lo cual fue en vano.

Una vez ya dentro de mi casa, le serví un té negro a reki y se acomodó en el futón del salón, volvimos a hablar como antes, pero lo que de verdad me dolía esta vez es que aquel beso para el fuera tan insignificante, cuando yo vivía soñando con repetirlo.

-Oye Reki, ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Soy todo oídos.

-¿Alguna vez te has enamorado?

Ví como ponía una mueca de confusión.

-Es una buena pregunta.

Solo me mantení en silencio, esperando a una respuesta por su parte mientras que él se limitaba a soltar risas nerviosas.

-No lo sé, aunque podría decir que probablemente en una ocasión, ¿por que lo dices?

Reaccionó por fin y le dió pequeños sorbos a su bebida.

-¿Y como se siente? Me refiero, ¿como se siente estar enamorado?

-Es un sentimiento fuerte y a la vez extraño. Verás, estar enamorado te hace ver las cosas desde otra perspectiva, te ciegas para solo poder ver a esa persona tan especial y sientes que tu vida depende de esa persona. Esa sensación de mariposas en el estómago y de calor en las mejillas cuando intercambiais miradas es genial, pero sobretodo, lo mas bonito de estar enamorado es sentir esa adrenalina cuando hay un leve contacto físico por accidente, o esas veces que sientes que podrías comerte el mundo entero solo estando junto a él.

-¿Él?- pensé para mis adentros.

-Entonces supongo que ya lo sabes, ¿a tí te ha pasado?

-Pues, sí, de hecho sí, estoy enamorado.

-¡Wow Langa! ¡Felicidades! Y dime, ¿de quien se trata?

-Verás, se trata de una persona que apareció en mi vida muy repentinamente, apenas me dí cuenta del fuerte impacto que tomó en mi vida. A dia de hoy no sabría que hacer sin esa persona a mi lado y es mas, muchas veces he intentado convencerme de que estar enamorado era ilógico pero me he fijado que es imposible.

Tomé una fuerte respiración, era ahora o nunca.

-Reki, me gustas.

La bebida que tenía en la boca salió disparada manchando toda la mesa, yo solté una carcajada y bajé mi cabeza para ver mis dedos jugueteando de los nervios y me encorajé para seguir hablando.

-Lo sé, ha sido muy inesperado, sé que esto no es mutuo pero he visto la oportunidad de decirtelo y-

Me interrumpió.

-No digas más Langa, a mí tambien me gustas, me gustas muchísimo.

Se relamió los labios mientras dejaba salir una carcajada y sin más dilación agarré sutilmente su mejilla para deslizar mi pulgar en ella trazando pequeños infinitos. Quería que este momento durara para siempre.

Una pequeña lágrima trazó mi mejilla hasta llegar a mi barbilla, y antes de poder decir nada más, coloqué mis labios encima de los suyos, trazando un beso que llevaba detrás todos nuestros sentimientos.
Lenta y cariñosamente su boca se abrió levemente dejandome espacio para poder envolver su labio inferior con los míos, como tanto había soñado durante este tiempo.

Lo intenté, de veras que lo intenté, pero no pude evitar volver a reír, estaba feliz, por fín había encontrado mi felicidad, mi felicidad era Reki.

-Deberías habermelo dicho antes.

Se apartó y pasó su mano por mi cabeza, revoloteando mis mechones.
Ambos reímos a la vez, porque esto no era más que el comienzo de algo que ahora mismo no podríamos describir, pero lo único que sabíamos era que iba a durar para siempre y, por siempre.