Capítulo 50

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1 semana atrás...

***

Había pasado toda la mañana sintiéndome muy mal. Mi cuerpo me dolía, tenía un mareo terrible y me era casi imposible estar de pie por tanto tiempo.

Como pude, bajé a la cocina para prepararme un té o siquiera tomar un vaso con agua. No aguantaba el mareo y mi cabeza amenazaba con molestarme también. Regresé a mi habitación y llamé a mi madre.

Sia: Taylor?

Taylor: Mamá, que bueno que me contestas. Perdóname por la hora pero, me siento mal..

Sia: Qué tienes? Qué es lo que sientes?

Taylor: Amanecí con un dolor de cuerpo terrible. También estoy muy mareada y por el momento no me apetece comer algo. Siento que no tengo fuerzas. (Se tocaba su frente para checar que no tuviera temperatura alta)

Sia: Debe ser la acumulación del cansancio hija. Has estado llegando tarde a casa, no es así?

Taylor: Si. Pero de verdad me siento fatal, me duelen las piernas y los brazos. El mareo es el que no soporto mamá, me da nauseas. 

Sia: Tranquila pequeña. Por que no le llamas a Daphne o a Michael para que te apoyen?

Taylor: No quisiera molestarlos mamá. También no les digas nada, yo me encargaré de cuidarme. Creo que iré al doctor mañana en la tarde.

Sia: Estas segura?

Taylor: Si, dile a mis hermanos y a papá que estoy bien. Debe ser lo que tu dices, acumulación del cansancio, el estrés..

Sia: Puede ser, aunque me causa ruido lo del dolor de cuerpo intenso y que te sientas con nauseas.

Taylor: Es por el mareo, es lo más lógico. Te mandaré mensaje o te llamaré dependiendo lo que me digan en el médico, está bien?

Sia: Si pero no te esfuerces de más. Mantente cómoda en tu cama e intenta comer, lo necesitas.

Taylor: Lo haré mamá. Gracias.

Sia: Estaré al pendiente del teléfono por si llamas. Descansa.


(La chica se dejó caer hacia atrás para intentar dormir de nuevo. Se acomodó sin taparse con las sabanas ya que sentía mucho calor. Se empezó a desesperar por las inmensas nauseas que sentía. No lograba comprender qué es lo que pudiera o pudo provocarle tales malestares. No supo cómo pero agradeció el que pudo dormir un par de horas más para dejar de sentirse mal; sin embargo, de nuevo al despertar su incomodidad continuaba.

Sabía que no podía esperar más por ir al doctor. Se vistió con lo primero que encontró en su clóset, agarró su bolso y en lo que llegaba al auto, marcó a una clínica de un amigo suyo para que le hiciera favor de agendar una cita de último minuto. De esta manera se aseguraba de tener un espacio y que le permitieran pasar rápido para no llamar la atención y causar un alboroto. Era obvio, generaría rumores del porqué se encontraba en una clínica y su miedo era ocasionar preocupación entre sus fans y amigos. Mantendría su estado de salud en secreto hasta que obtuviera respuestas.

Conducía despacio y había preparado una bolsa de plástico por si las nauseas aparecían de nuevo. Sentía sus piernas débiles y solo esperaba llegar a salvo con el doctor.

Respiró aliviada una vez que apagó su auto dejándolo en un estacionamiento subterráneo. Caminó hacia el elevador y en el transcurso para llegar al piso correspondiente, se colocó un sombrero deportivo y un cubrebocas. Pasaría desapercibida como una paciente más. Se abrieron las puertas del elevador y se veían pocas personas rondando por aquel piso. Buscó la recepción y una vez ahí, le preguntó a una de las enfermeras si se había hecho correctamente su cita con el doctor; le confirmaron su hora y le dieron acceso a otro pasillo para esperar su turno.

Break Of DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora