Capítulo 34

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(Lisa aventaba todo lo que estaba a su alcance contra las paredes. Pateaba los muebles mientras gritaba y lloraba. Sacaba toda esa ira acumulada y maldecía todo el tiempo.

Nicolás, en un momento que tuvo de ventaja, la sostuvo de los brazos y la jalo hacia el suelo junto con él para intentar tranquilizarla. Ella seguía llorando mientras cubría su rostro con ambas manos, desesperada y sin poder creer lo que había escuchado).

Lisa: Yo lo sabía! Sabía que me lo iba a quitar!

Nicolás: Cálmate por favor Lisa! Haciendo esto no cambiarás nada! 

Lisa: y qué quieres que haga?! Eh?! (como pudo, se dió la vuelta para encararlo) qué quieres que haga sin no se me permite poner un pie cerca de ellos por que todos creen que yo soy la mala! Ellos son los responsables de mis desgracias Nicolás! (lloraba) es ella...

Nicolás: (la abrazó) Todo estará bien. Yo me encargaré de que todo esté bien. (sostuvo ahora el rostro de la mujer) Haré lo que tu me pidas que haga... para que seas feliz...

Lisa: (se sostuvo muy cerca como si dependiera de él; lo miraba fijamente) Quiero hacer que sufra Nicolás... quiero que sienta todo este dolo que me ha estado provocando... yo debía estar en su lugar con Michael... yo debía estar con él! Nadie más!

Nicolás: Tranquila.. (la abrazo otra vez) Tú siempre merecías algo mejor Lisa. Porqué no te das cuenta de que conmigo estas a salvo? donde mereces estar..

Lisa: Si... aquí estoy bien... tú me has apoyado mucho..

Nicolás: Exacto. Pero, si te hará sentir mejor, los dos pensaremos en algo..

Lisa: Yo le advertí que llegaría hasta las últimas consecuencias Nicolás. Yo se lo dije..

Nicolás: (la miraba)

Lisa: (dejaba caer algunas lágrimas) pero no sé que hacer.. no sé qué debo pensar-

Nicolás: Shhh... déjamelo todo a mi Lisa. Yo me haré cargo por ti..




-Taylor-

Habíamos empezado ya a cenar. Platicábamos Michael y yo de algunas cosas que se nos venían a la mente; viejos momentos que pasamos juntos cuando éramos niños. Todo era agradable y no quería que acabara pronto. Uno de sus amigos que, según él me había contado se llamaba Roger y era gerente del lugar, se encontraba pasando por cada mesa para asegurarse que todo estuviera en orden y es por eso que en una oportunidad, se acercó a saludarnos.

Roger: Michael, amigo mío, están disfrutando de sus platillos?

Michael: (se limpiaba un poco con la servilleta) Están de maravilla Roger. Por cierto, te presento a Taylor Greenwood... 

Taylor: Hola.. Buenas Noches..

Roger: Pero mira nada más Michael, has traído a un ángel a cenar contigo (rió) él me llamó en la mañana para contarme de la cena de hoy y nunca imaginé que traería a otra gran artista. Es un placer Taylor..

Taylor: (ríe) También es un placer finalmente conocerlo. El lugar es demasiado hermoso, en serio, me encanta la vista..

Roger: Oh pero qué encantadora señorita. Michael, más te vale cuidarla mucho, eh?

Michael: Roger, basta.. (ríe) no quiero que la asustes..

Roger: Qué va! Es la verdad amigo. Los dejo para que continúen, cualquier cosa, llama a un mesero para que me dé una señal. Me encargaré esta noche personalmente de ustedes.

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