C3 • No Me Importa

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La siguiente mañana Minerva se encontraba en su oficina, tratando de concentrarse en su trabajo, pero lo  único que pasaba por su mente era ese hombre bailarín.  Ese que despertó sus sentidos como nunca nadie lo había hecho, solo para quedarse dormido dejándola encendida.

Minerva: Adelante [contestó al sonar la puerta]

Sara: Disculpe que la moleste señora [entró la secretaria cargando un arreglo enorme de rosas rojas]

Sara: Disculpe que la moleste señora [entró la secretaria cargando un arreglo enorme de rosas rojas]

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Minerva: ¿Y eso? [preguntó sorprendida]

Sara: Las acaba de dejar un mensajero.  Son para usted ¿Donde las quiere?

Minerva: Aquí está bien.  Puedes retirarte.

La secretaria dejó las rosas sobre su escritorio, y al salir Minerva tomó la pequeña nota que las acompañaba.

"Un torpe, eso es lo que soy.  Se que estas rosas no son suficientes para ganar su perdón por mi falta de respeto.  Espero me pueda dar otra oportunidad, prometo no decepcionarla de nuevo.
-Casanova"

Minerva sonrió, guardando la nota en su bolso, cuando la puerta se abrió y por ella entró Julián, su mirada fue directo a las rosas y luego a su rostro sonriente.

Julián: ¿Quién te mando flores?

Minerva: No tú, obviamente [suspiró sentándose de nuevo, su sonrisa desapareciendo y su mirada regresando al computador]

Julián: ¿Es ese tipo verdad? No me convence ese cuento de que nada pasó entre ustedes.

Minerva: Es la verdad, nada pasó [aún, pensó] Ya te dije que no me gustan estos numeritos de celos.  Tu sabes bien cómo es nuestro matrimonio.

Julián: Lo sé, lo sé [cambiando su tono, se acercó arrodillándose a su lado y tomando su mano] Pero es que te amo tanto, me da miedo perderte bebé.

Minerva: ¿Me amas? ¿Enserio? [riéndose y quitando su mano] Por favor Julián, no mientas.  Ambos sabemos que solo te casaste conmigo por mi dinero.  Y yo pues... me encanta cuando estamos en la cama.  No lo arruines con tus celos y cursilerías.

Julián: Puedes ser tan cruel a veces, Minerva.

Minerva: No soy cruel, soy realista, y ya, dejemos este tema.  Ve y tráeme el reporte de las ventas, que aquí no estás solo por bonito.

Julián salió, azotando la puerta, y Minerva cerró sus ojos, respirando profundamente.  Su matrimonio con Julián había sido divertido al principio, pero ya la estaba empezando a cansar.  Se estaba volviendo más celoso, más posesivo, y lo primero que ella le advirtió era que su libertad estaba sobre todo.  Casada o no ella haría lo que quisiera, y si a él no le gustaba, pues ahí estaba la puerta.  Y lo que ella quería en este momento era a ese mecánico.  Mordiéndose el labio sacó su celular, esa tarjeta que le había dado el con sus datos, y le mandó un mensaje.

La Reina [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora