C7 • ¡Te Me Largas!

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Que pase lo que tenga que pasar. Así lo habían decidido, pero en el camino a la hacienda Dante no dejaba de pensar que quizá era una mala idea acompañar a Minerva, sabiendo que se encontrarían a su esposo al llegar.  Pero simplemente no se podía separar de esa mujer.  Lo tenía hechizado y estaba a su merced, la seguirá al final del mundo si ella se lo pide.

Exhausta aún por la noche anterior, Minerva se había quedado profundamente dormida durante el camino, recargando su cabeza en el hombro de Dante.  Un par de horas después, un giro brusco la despertó de su sueño, pero sólo suspiró, acurrucándose más a él, con sus ojos aún cerrados, haciendo pensar a Dante que seguía durmiente.

Dante: Minni.. [suspiró, su voz un susurro apenas audible sobre la música] En tan poco tiempo te has metido muy dentro de mi corazón que me da miedo..

El corazón de Minerva empezó a latir más rápido, pero no se movió, fingiendo que seguía en su sueño, escuchando esa confesión de Dante, esa que aunque no quisiera le llegaba al alma.

Dante: Quizá para ti sea solo una aventura.. una de la cual probablemente te aburras pronto.  Pero para mi lo es todo.  ¿Te he de sonar muy cursi, no? [riéndose] Pero bueno, estás dormida, no me atrevería a decirte esto despierta, no aún..

Minerva no sabía que pensar.  Sentía que su corazón se le saldría del pecho al escuchar esas palabras.  ¿Acaso Dante se estaba enamorando de ella? Pero el tenía razón.  Si se lo hubiera dicho de frente su primera reacción hubiera sido rechazarlo.  Una cosa tenía clara en su vida.  No dejar entrar a nadie a su corazón.  Después de esa decepción amorosa cuando era joven juró no dejar que nadie más volviera a afectarla de esa manera, protegiendo su corazón y su libertad a toda costa.

Dante: Minni [tocando su hombro suavemente] Ya vamos a llegar, ¿por donde?

Minerva: Ah, umm, toma el camino derecho, es el que va directo a la hacienda.

Minerva se enderezó, arreglando su pelo, y pocos minutos después estaban llegando. Julián se encontraba enfrente de la gran casa esperándola.

Julián: ¿Qué demonios hace ese tipo aquí? [gritó al verlos bajar del coche]

Minerva: Su nombre es Dante, y le pedí que me acompañara. Baja tu tono, Julián. Podemos hablar como gente civilizada.

Julián: ¡No, Minerva! ¿Como se te ocurre traer a tu amante? Una cosa es que te enredes con el fuera de mi vista, ¿pero restregármelo en la cara? ¿¡Estás loca!?

Julián estaba enloquecido, furioso, tomando bruscamente del brazo a Minerva, hiriéndola como nunca lo había hecho antes. Minerva soltó un pequeño grito, cerrando sus ojos fuertemente.

Dante: ¡Suéltala imbécil! [gritó]

Dante se puso entre ellos, protegiendo a Minerva, y Julián le soltó un puñetazo en la cara, cayendo ambos al suelo.

Minerva: ¡Basta! ¡Dante, Julián!

Los dos se estaban revolcando en el suelo, tirándose golpes y patadas, Minerva no sabía que hacer, y desesperada corrió adentro de la hacienda pidiendo ayuda a unos de sus empleados, quienes lograron al fin separarlos. Los dos entierregados y ensangrentados, los detenían esos hombres para que no se brincaran de nuevo. Minerva caminó hacia Julián, mirándolo fríamente, y le soltó una bofetada tan fuerte que escupió sangre.

  Minerva caminó hacia Julián, mirándolo fríamente, y le soltó una bofetada tan fuerte que escupió sangre

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Minerva: Es la primera y última vez que me pones las manos encima de esa manera. Eso si que no te lo permito.

Julián: Pero.. Minerva, entiéndeme.. [suplicó]

Minerva: ¡No Julián! Violencia contra mi jamás. Hasta aquí llega lo nuestro ¡TE ME LARGAS ESTE INSTANTE!

Ante la mirada atónita de todos, Minerva giró, dándole la espalda a Julián, y señaló a Dante que la siguiera. Ambos caminando en silencio por esos pasillos hasta llegar a su habitación donde ella se tiró sobre la cama cerrando sus ojos.

Dante: Minni.. lo siento.. todo esto es mi culpa, yo no debí venir..

Minerva: No digas nada Dante, y abrázame..

Dante se subió a la cama, acostándose enseguida de ella y la abrazó fuertemente. Minerva escondió su rostro en su pecho y no pudo más, el llanto se apoderó de ella. Esa mujer fuerte, fría, imponente, en ese momento se derrumbó. La escena con Julián recordándole eventos de su pasado que había dejado en el olvido. Justo como lo había dicho ella, podía permitir muchas cosas, pero la violencia contra ella jamás.

Dante no entendía del todo su reacción, supuso que tenía que ver con la pelea con Julián, pero lo que le pasaba a Minerva iba más allá de eso. El acariciaba su pelo, su espalda, besando suave su cabeza hasta que logró calmarla. Limpiando sus lágrimas Minerva le ordenó que se sentara, y fue al baño por el botiquín de emergencia para curar sus heridas.

Dante: ¿Tanto te dolió haberlo corrido? [preguntó mirándola atentamente mientras ella le ministraba sus cuidados]

Minerva: ¿Dolerme correr a Julián? [se rió amargamente] No, no me dolió. Para ser sincera lo debí haber hecho hace tiempo.

Dante: ¿Por que te esperaste?

Minerva: Que preguntón eres, Casanova [sonrió] No se, me acostumbre a tenerlo a mi lado. Era una unión simple, no esperábamos mucho del otro. Pero.. recientemente todo se complicó [alzando la ceja]

Dante: ¿Te arrepientes? ¿De esto que está pasando entre nosotros?

Minerva lo miró a los ojos, sin contestar por unos minutos. Si, su vida se había vuelto más complicada, pero en el fondo de su corazón sabía muy bien cuál era la respuesta.

Minerva: No, Dante. No me arrepiento de esto, de dejarte entrar a mi vida.

Dante: Ni yo Minni. Pase lo que pase, quiero estar a tu lado.

Minerva: Pase lo que pase [sonrió, tomándolo del rostro, sus labios uniéndose en un beso mágico]

La Reina [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora