☕🍯¡Hey tú! ¡Consejera! 🍯☕

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Era sábado por la tarde

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Era sábado por la tarde. Las cortinas de la habitación estaban cerradas de par en par impidiendo que la luz de la mañana entrara por la ventana y que iluminará la habitación por completo.

YoonGi estaba sumergido en su propia tristeza, sufriendo internamente por algo que había estado creciendo sin querer desde días antes. Estaba devastado, era lo único que podía decir.

― ¿YoonGi? Hijo... estás...― Dijo una voz por detrás de la puerta.

Era la calidad voz de su abuela, la única persona que había estado a su lado durante toda su vida. Podía decir sin titubear que su abuela era su verdadera madre, su padre e incluso la única familia que tenía entre aquel mar de desahogos y hoyos negros.

YoonGi se levantó somnoliento y con los ojos hinchados para abrir la puerta a su abuela quien rápidamente entro con una bandeja de galletas de avena y café.

― Dios, Gigi...tu carita cielo...― la mujer de mayor edad dejo la bandeja sobre la mesa de noche y acarició el rostro de su nieto.

― Abu...ya no soy un niño para que me digas "Gigi"...― se quejó.

Su querida abuela chisto y dio una pequeña cachetada, casi sin tocarle.

― Calla. Tus padres acaban de salir así que decidí traer estás galletas y café para ti.

YoonGi sonrió y tomo entre sus manos la taza de café que descansaba sobre la mesa para después darle un sorbo pequeño.

― Abu...¿Puedo...pedir un consejo? ― pregunto alzando la mirada chocando con la calidad de su amada abuela.

Aquella señora asintió.

― Hice algo...no muy bueno a una persona, y no se que hacer ahora― suspiro llevando una de sus mangas a su boca para limpiar algunas gotas del líquido―...estoy desechó porque esa persona no merecía nada de lo que sufría.

La señora se levantó de la cama y admiro la habitación de su nieto manteniéndose siempre pensante.

Las personas dirían que conociendo a YoonGi, tendría una habitación desordenada, con posters de bandas locales de rock u otro estilo de música, con ropa sobre el suelo y con colillas de cigarro sobre su mesa de noche y un par de botellas de bebida energética; sin embargo era muy diferente. Su habitación siempre estaba limpia, las paredes blancas y sin manchones, el suelo limpio y chirriante. Como si en ese habitación no se escondiera un joven con claros problemas.

― YoonGi, siempre hay que tratar de remediar lo que has hecho. Una disculpa sincera es la cura para un alma desecha como la tuya. ― la mujer tomó la mano de su nieto. ― ¿Me entiendes?

Un par de lágrimas rodaron por los ojos de YoonGi quien al percatarse de tal cosa dejo que la tristeza fuera acariciada por los brazos de su abuela alrededor de los suyos, sintiendo el calor que le hacía falta en sus días de soledad y tristeza.

🐻¡Hey tú! ¡Pequeño osito!🍯 [Yg+Jm] || CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora