Capítulo 4

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El día siguiente llegó antes de lo esperado, y a pesar de la insistencia de los tres hermanos Kou, Usagi logró convencerles de quedarse en casa con Shingo, Chibi Chibi, Luna y Artemis. Los niños no estaban convencidos de dejarla sola, pero Yaten abogó por la muchacha, diciéndoles que tarde o temprano ella debería de dejar de depender de su presencia para estar estable, y aunque los tres estaban bastante incómodos con el hecho de dejarla sola, no podían obligarla a salir de casa, más cuando ninguno sabía cómo reaccionaría al ver la ciudad prácticamente destruida.

Luna y Artemis, vigilaban a Usagi muy de cerca, y pudieron observar como la niña tenía problemas para respirar en cuanto Seiya desapareció por la puerta principal, era como si la ausencia de Yaten o Taiki, la pusieran nerviosa, pero era la ausencia de la morena lo que la enviaba al borde, y aunque Luna quisiera fingir que no sabía por qué, no era tonta y sabía lo que sucedía, pero no sabía si podía decírselo a su amiga.

Cuando Usagi se fue a la habitación de Seiya, Luna la siguió dejando a Artemis y Shingo en el sofá con la videoconsola, mientras que la pequeña Chibi Chibi jugaba con unos peluches delante de ambos. Todo eso era una novedad desde el día anterior puesto que habían movido a la sala la videoconsola, para que el niño más joven se relacionara con los demás, aunque se refugiara en los videojuegos.

- Usagi - dijo Luna, mientras empujaba con su cabecita la puerta para cerrarla - ¿Estás bien?

- N-No - gimió Usagi, mientras se hacia una bolita en el suelo. - Sé que no puedo estar colgada de ella todo el rato, pero por dios que no verla cerca duele físicamente.

- Es normal - dijo Luna intentando ser comprensiva. - Ella es una persona muy importante para ti, es normal que estés asustada de perderla, es muy buena amiga.

- No lo entiendes - gimió Usagi, mientras lágrimas comenzaban a caer de sus ojos. - Me siento tan mal, tan débil y tan traidora...

- Usagi... - susurró Luna preocupada por su amiga, no entendía que le pasaba. - No podías haber hecho nada más, nadie sabía que ellas morirían en esta batalla, nadie sabía que Mamoru había muerto...

- ¡Debí de saberlo! - gritó Usagi. - Se supone que le amo más que a nada, o se suponía... ¿Cómo pude no darme cuenta de que le había pasado algo? ¿¡Cómo!?

- No puedes saberlo todo. - dijo Luna, tratando de conseguir que su dueña se relajara, por qué su respiración se estaba alterando demasiado y tenía miedo de lo que podría pasar, ahora no estaba ninguna de las chicas aquí para conseguir que ella reaccionara. - Está bien sentir dolor, perdiste a gente muy importante y está bien aferrarse a las personas que siguen aquí, al menos hasta que estés mejor.

Usagi apretó los puños, y Luna juraría que la escuchó murmurar algo sobre Seiya, pero no estaba segura. Y no sabía cómo abordar el tema, estaba casi segura de que su princesa quería a la Starlight como algo más que una amiga, lo había estado pensando por un tiempo antes de la batalla contra Galaxia, pero si antes no podía alentarla debido a su futuro, ahora ya no importaba, mientras su princesa estuviera feliz, ese futuro ya había desaparecido.

- Esta bien que la quieras - dijo Luna, suavemente, temiendo la reacción. - La querías antes de que todo esto pasara, es lógico que eso no haya desaparecido.

- ¡Soy una traidora de lo peor! - gimió Usagi. - Él estaba muerto y yo me enamoré de alguien más, y peor aún me mentí a mí y a la persona a la que amaba, vi su mirada esa tarde en la azotea de la escuela Luna, yo rompí a Seiya, mucho antes de la batalla contra Galaxia, no sé por qué cuida de mí, le rompí en pedazos, nunca le di una respuesta y por dios, que tuve oportunidades.

- Él te quería - dijo Luna segura de sí misma - Eso no desaparece, y es verdad que ella permanece más en su forma femenina ahora, cuando está en casa, pero... Eso no importa para ti, ¿verdad?

Every Time Belive On MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora