parte veinticinco

12.6K 1K 331
                                    

TW: CONTENIDO EXPLÍCITO.
NOTA DE LA AUTORA: Hola, queridos lectores. Este capítulo es muy especial para mí. No tiene nada muy descriptivo, pero quería dar una advertencia en caso de que alguien se sienta incómodo.

He estado trabajando en este capítulo durante una semana tratando de hacerlo perfecto, así que espero que les guste tanto como a mí.

¡Denle mucho cariño y disfruten del capítulo! 

Canciones que me ayudaron y hacen sea aún más perfecto:

Be Alright, Lucy Rose 
Concrete Angel, Christina Novelli 
Turning Page, Sleeping At Last
All Through The Night, Sleeping At Last. 

Los quiero, xx

...

Draco caminó con Annelisse de la mano por el séptimo piso del castillo. Se detuvo frente a la pared, ella lo miró con confusión, provocando que una sonrisa ladina se dibujara en su rostro. 

—Cierra los ojos conmigo—dijo en voz baja, Annelisse hizo lo que le pidió.

Draco se concentró en la habitación, haciendo que la puerta comenzara a aparecer. Annelisse, al oír el ruido, abrió los ojos y se sorprendió al ver lo que estaba pasando.

—¿Qué es esto, Draco?—le preguntó cuando la puerta terminó de formarse frente a ellos. 

—La Sala de los Menesteres. Solía ​​venir aquí para perderme. Aquí nadie te molesta—explicó—. Vamos.

Abrieron la puerta y entraron en la habitación. Tan pronto como lo hizo, la boca de Annelisse se abrió en forma de una "O". Miró a su alrededor, encantada por lo que se encontraba frente a sus ojos. 

—Hay muchos secretos aquí, objetos que la gente esconde. Nunca se sabe con lo que se puede encontrar—dijo mientras caminaban por la habitación a paso lento, para que Annelisse pudiera observar todo. 

—Es tan hermoso, Draco. Me encanta—respondió mientras una sonrisa se formaba en su rostro. 

La pareja avanzó por la enorme sala mientras exploraba todas las cosas que les llamaban la atención en ese enorme lugar;  libros, papeles, mapas, joyas...

Media hora después, encontraron un juego de ajedrez mágico y decidieron jugar una partida. Se habían sentado en el suelo;  él cruzaba las piernas y ella las tenía a un lado. La partida estaba "perdida", pero lo que Annelisse no sabía era lo bueno que era Draco en el ajedrez.

Ella sabía jugar, pero Draco era un experto. Durante años jugó al ajedrez solo, contra sí mismo. La había dejado ganar algunos movimientos porque le encantaba ver como su rostro se iluminaba cuando lo hacía. Draco finalmente movió la torre, atrapando a Annelisse

—Jaque mate—sonrió ladino.

Ella frunció el ceño, pero con una sonrisa, y miró a Draco con incredulidad, quien parecía divertido

—Te dije que ganaría—dijo con orgullo.

—Eso no es justo. Renunció a este juego—derribó la torre de Draco y él no pudo evitar reírse al verla así.

Se levantó y se sentó a su lado, rodeó a Annelisse con el brazo y la atrajo hacia su pecho.

—No te enojes, Lissie—le dio un beso en la cabeza—. No puedes vencer a Draco Malfoy, soy invencible—bromeó. Annelisse lo golpeó en el brazo y él fingió dolor, soltando un "Auch". Ambos guardaron silencio y suspiraron.

Apoyó la cabeza en su pecho y los dedos de Draco acariciaron a Annelisse con suavidad. Annelisse finalmente levantó la cabeza y se volvió hacia él. Sin pensarlo dos veces, tomó su rostro entre sus manos y se abalanzó sobre los labios de Draco.

cinco horas con draco malfoy ─ draco malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora