parte treinta y dos

11.4K 757 410
                                    

(n/t): lean esto escuchando saturno de pablo alborán. 10/10.

23 de septiembre de 2002,

Otro día como los demás. Entró a la casa y en cuanto lo hizo, Perseus se acercó a saludarlo, frotándose sobre sus piernas, pidiendo caricias.

Lo levantó con una leve sonrisa en su rostro y lo abrazó, plantando un beso en la cabeza.

—¿Me extrañaste?—a lo que el gato maulló—. Sí, traje la comida—respondió.

Soltó al gato, dejándolo en el suelo. Caminó caminó hacia la cocina y Perseus lo siguió aún maullando. Dejó la bolsa de sobre la mesa y tomó la lata de comida para gatos. La sirvió en un tazón y Perseus se subió a la encimera para comenzar a comer.

Draco lo acarició, la imagen de ella apareció a su mente una vez más. Después de todo, el gato fue el primer regalo que le hizo cuando se conocieron.

Suspiró profundamente, sintiendo que la soledad y la tristeza volvían a brotar en él.
Había pasado algún tiempo y todavía no estaba acostumbrado a su nueva vida. Se había mudado por completo a la casa que ella había elegido para ambos, con la esperanza de que algún día regresara, aunque fuera imposible.

Habían pasado dos años desde que no estaba a su lado y no podía negarlo, aún no había pasado de página, estaba presente en todo lo que hacía.

Le agradeció por el hombre en el que lo había convertido, pero sin ella a su lado, no encontraba ningún sentido.

Después de un tiempo, decidió tomar su lugar en el Ministerio e ir a trabajar, pensando que lo mantendría distraído en lugar de pasar sus días en casa con Perseus, lamentándose.

Después de todo, habían pasado dos años y no podía negar la realidad por mucho que lo intentara.

Annelisse se había ido y nunca volvería.

A menudo le escribía cartas, como si ella fuera a leerlas algún día, aunque nunca las envió.

Ese día no fue diferente en lo absoluto, tomó una hoja de papel y comenzó a escribirle una vez más.

Mi querida Lisse,

Hoy se han cumplido dos años desde que me dejaste y todavía no puedo sacarte de mis pensamientos.

Siempre estás ahí en mi mente, sonriéndome una vez más, mirándome con ternura y amor en tus ojos. Estás en cada rincón de la casa, en todo lo que hago, incluso en mis sueños.

¿Por qué tuviste que dejarme?

El tiempo pasa lento sin ti, ya nada tiene sentido si no estás aquí. Ni siquiera pude despedirme de ti, ¿cómo tuviste el coraje de dejarme así?

Me lo prometiste cuando aceptaste ese anillo, me miraste a los ojos y me susurraste "Para siempre".

Íbamos a casarnos, íbamos a tener una buena vida juntos.

Maldita sea, Lissie.

Y ahora mi vida está vacía sin ti. Nada puede llenar el espacio vacío que dejaste en mí.

¿Recuerdas cuando empezaste a trabajar y solía ir verte solo porque me aburría sin ti? Continúo haciéndolo, imaginándote todavía allí, en esa oficina del Ministerio que ahora lleva mi nombre. Aunque sé que solo queda tu recuerdo, sigo viviendo en él porque al fin y al cabo es lo mejor que tengo en mi vida.

Tu memoria.

Por siempre tuyo, Draco.

FIN DEL PRIMER LIBRO.

cinco horas con draco malfoy ─ draco malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora