Clases oscuras

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Llegamos a su habitación, al cerrar la puerta nos abrazamos fuerte.

- Te extrañé mucho- dijo separandose de mí.

- Yo igual- acaricié su rostro y lo besé.

- No sabes el infierno que es esta casa, el Señor Oscuro está buscando como loco a los dueños de los patronus, también creen que son lobos.

- Es que nadie sabe la diferencia entre lobo y coyote?- pregunté ofendida. Se rió y me abrazó de nuevo. El tiempo pasaba y nosotos no nos moviamos de ahí. Nos separamos despacio.

- Como pasaste en tu casa?

- Bien supongo. Todos están medio alterados, también quieren saber quiénes son los dueños de los patronus. Pero lo dejaron en segundo plano ya que no es muy importante ahora. Me volví mas cercana a Ginny y... Nada más creo.

- Estás segura de hacer esto?- me tomó del rostro para verme directo a los ojos.

- Si, no se si sea lo mejor pero es lo que hay...

- Escucha, quiero que hagas todo lo que te pida el Señor Oscuro, eh visto muchas cosas en este tiempo. Solo has lo que te pida...

- Y si me pide que te lastime?

- Lo haces, no quiero que te torturen o que te maten...

- Un pregunta... De que clases hablaba tu madre?

- Oh eso. Te enseñarán a usar los maleficios imperdonables...

- Genial-me miró con mala cara- quiero decir, oh que horror- me reí levemente.

Nos besamos, nos fuimos decisiendo de la ropa y nos acostamos. Nos faltaba el aire pero ninguno quería separarse del beso. Acariciábamos cada parte de nuestros cuerpos como si fueran desconocidos. Draco agarró su varita y colocó un hechizo silenciador. Besó mi cuello, un pequeño gemido se escapó de mis labios al sentir sus dedos en mi intimidad. Se sentía bien, nos habíamos extrañado. Era placentero pero necesitaba más, lo necesitaba a él.

- Te necesito...- sacó sus dedos y me besó. Entró de a poco y comenzó a moverse- más rapido- el ritmo aumentó, arañé su espalda, gimió de placer. Enredé mis piernas en su cintura. Pegamos nuestras frentes y nos miramos a los ojos. Agarré su cabello. Callamos nuestros gemidos con un beso apasionado.
- Te amo rubio- dije entre gemidos.
- Te amo tanto Izzy- otro beso nos apoderó. Nuestras magias estaban presentes, las sentíamos. Sentí como se corría en mi interior. Agradecía a la magia por crear hechizos para prevenir embarazos.

(๑•﹏•)

Nos despertamos temprano y nos duchamos. Teníamos que bajar a desayunar, Draco me describió a su familia brevemente. Su madre, Narcisa, era amable y respetuosa. Su padre, Lucius, era muy clasista y no solía hablar mucho. Por último su tía, Bellatrix, estaba loca y le encantaba torturar a las personas, no se podía decir mucho más de ella. Bajamos y nos dirigimos al comedor, ya todos estaban sentados.

- Así que Isabelle- dijo su madre después de un rato de silencio- cuentanos como es eso de tu casa de Hogwarts...

- Bueno, pertenezco a Raverin. Soy la primera persona en pertenecer a una casa híbrida según Dumbledore...

- Que es eso de una casa híbrida?- preguntó su padre.

- Pues, es una mezcla entre Ravenclaw y Slytherin. Soy tanto de una como de la otra, el sombrero no pudo decidirse.

- Eso es fascinante... Eres tan buena bruja como dicen?

- Pues sí, soy muy avanzada. Se me hace fácil aprender.

- Entonces me la pondrás fácil niña...- dijo su tía- por las tardes te enseñaré los maleficios imperdonables- una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro.

(˘・_・˘)

Las clases Bellatrix eran horribles, me enseño a usar los maleficios pero también a resistirme a ellos. Draco siempre nos acompañaba, él ya los había aprendido antes de que yo llegara. El hechizo Imperio fue fácil de usar en otras personas, también fue fácil resistirme a él. Pero el hechizo Crucio fue horrible, es muy difícil resistirse. Bellatrix me torturó por horas hasta que logré resistirme por completo. A veces sentía el impulso de lanzarme a su cuello y desgarrarlo de lado a lado, mis instintos animales se activaban con dolor, lo había aprendido a las malas. Snape también asistía a algunas clases y ayudaba a Bellatrix. Me daba una poción para controlar los impulsos antes de la clase. Me obligaron a torturar a algunos sangres sucias y muggles. El Avada Kedavra fue el único que no practicamos por obvias razones. No veía mucho al señor Malfoy, siempre estaba fuera.
Esta tarde la mansión quedaría vacía, todos los mortífagos se irían, ya era 31 de junio y la orden iba a trasladar a Harry.
Draco me mostró la mansión, estabamos sentados en el jardín viendo el atardecer. Tenía mi cabeza sobre su hombro y nuestras manos entrelazadas. Caminamos hacia el comedor para la cena. Nos senatamos, Narcisa se había quedado y nos miraba atenta.

- Pasa algo madre?- preguntó Draco.

- Nunca te había visto sonreír de esa forma...

- Ella me hace feliz- me acarició la mejilla.

- Me alegra que hayas encontrado alguien así... No hay nada mejor para una madre que ver a su hijo feliz, gracias por este increíble regalo Isabelle- dijo antes de levantarse de la mesa- luego me gustaría hablar contigo Draco. Hasta mañana mis niños, que duerman bien- se despidió. Una gran sonrisa se dibujo en mi rostro. Draco fue a hablar con su madre y yo lo esperé en su habitación.

Tengo una melliza??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora