Max estaba sentado en su pequeño cubículo mientras revisaba algunos documentos de la empresa, era increíble las cosas que había aprendido en poco tiempo, debía que reconocer que su padre tenía razón al colocarlo en diferentes puestos estratégicos de la empresa para conocer su funcionamiento; su abuelo lo había hecho y antes que este su tatarabuelo. Sin duda funcionaba ya que la empresa a pesar de haber pasado por momentos difíciles nunca se había quebrado. Miro su teléfono y dejando salir una pesada respiración, desde lo ocurrido con Adele ella le había bloqueado de sus estados, era la única forma que podía saber de ella ya que su instagram era privado y tampoco quería parecer desesperado aunque debía reconocer que le faltaba solo un poco para hacerlo.
Lo cierto era que extrañaba ver su sonrisa, las ocurrencias de sus estados, su carisma, su carita de niña bonita. - No sabía en qué momento se había vuelto un idiota romántico pero ella era diferente y sacaba partes de el que no sabía existían.
-¿Por qué tan pensativo? No me digas que una mujer rondando tu vida. - dijo Sarah sentabdose a un lado del escritorio.
-No, solo revisaba estos números... ¿Qué tal estás?
-Fabulosa, como siempre o ya te olvidaste.- la castaña le sonrió pícaramente, era una mujer bella y con un sentido del humor único, pero las cosas entre ellos habían sido extrañas... Aunque trataron de tener algo formal las cosas nunca se dieron cosa que no quitaba el hecho que disfrutaban de la mutua compañía.
Max sonrió y volvió a centrar su atención en las hojas cuando el teléfono vibro apareciendo la foto de Adele.
- Tengo que responder... Te importa.-descuida ya me iba, ten un lindo día y no se te olvidé llamarme me tienes muy olvidada.
El ojiazul respondió la llamada con una sonrisa en su rostro. -Hola Adele.
-Buenas tardes Maxwell- masajeó su ceño, si pensaba que no iba a afectar en nada su situación lo que ocurrió pues estaba muy equivocado. -Solo quería avisarte que no podré asistir a la clase del jueves.
-¿Puedo saber la razón?- un largo silencio se instaló en la línea telefónica hasta que por fin se digno a hablar.
-Mis padres tendrán una pequeña reunión en casa con la familia y mis amigos.
-Podria haberlo hecho el viernes Adele, sabes que no hay forma en que pueda reponer esa clase.
- No hay problema con eso, pero dudo que quieran cambiar el día ya que solo se cumple años una vez en el año. - Ahora fue él quien calló, ¿Acaso era el cumpleaños de ella?
- ¿Es tu cumpleaños Adele? - la ojiclara sostuvo con fuerza su teléfono.
-Si, lo es.
-Te parece si cambiamos la clase para el viernes... Pero tendría que ser un poco más tarde ya que trabajo hasta las cinco. - dijo esperanzado, Quería verla.
-No sé si pueda... Cualquier cosa te estoy avisando.
- está bien, quedó pendiente de tu respuesta. - con un simple si la pelirroja colgó. La sentía indiferente, fría y con toda razón. Max tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no besarla, no por que no quisiera pero sabía perfectamente que ella no era mayor de edad, tendría grandes problemas y no solo el sino ella también así que evitó de todas las formas posibles dicho acercamiento, pero si cumplía años era distinto y no quería dejar pasar sin verla más días.
***
Adele y su mamá iban por el centro comercial buscando un atuendo para ella, Elizabeth no podía creer que su hija cumpliría dieciocho años en unos días. Sentía algo de nostalgia, siempre sería su bebé.
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Como La Primera Vez
RomancePrimero se conoce, luego se ama y tal vez como en su caso se separan.