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Veo al hombre que tengo a mi lado, lo amo él es único, la diosa luna me lo otorgo y estos años hemos tenido nuestros percance como cualquier pareja, pero al final terminamos dando amor.

Aún recuerdo nuestro primer encuentro, fue mágico, no puedo asimilar que estuve a punto de negarme a ir a esa boda, y tomar un viaje a otra ciudad, cuanto tiempo tardaría en volverlo a encontrar uno nunca sabe son misterios del destino del por qué al fían acepte ir con mi Hermana y su pareja.

El corazón deseaba salir, sus ojos son hermosos, del cual he besado tantas beses, cada vez que él se va. Amo su altura me hace sentir pequeña es un hombre poderoso a mi lado, que me carga como un muñeca.

No puedo evitar verlo como toma su ropa dejándola doblad y para luego ponerla en el cesto de ropa sucia. Cada vez es más atractivo, no negare que soy una mujer celosa, que otras aprecien lo que es mío porque solo yo puedo tocar y gemir cada orgasmo que me regala.

Nos entregamos yo fui suya él fue mío. La primera vez fue un manojo de nervios éramos jóvenes aun a pesar de que yo soy más grande que el por dos años, pero ahora el parece tener más que yo. Sonrió cuando se da cuenta que lo observo.

—Que tanto tramas —comenta poniéndose los zapatos.

—La suerte de tenerte —responde acercándose.

— ¿Cómo te sientes hoy?

—Mucho mejor, creo que debería hacerme la idea que nunca podre...

—No lo digas, sé que algún día seremos padre. Es solo que un no ha llegado el momento.

—Levitt tenemos tiempo intentándolo, y no sucede, mucho menos en nuestro celo, pudo lograr ser mama.

—Seremos padres, confía Kila —comentó el tomando su mentón —Sé que seremos padres, y si no podemos criar vida podemos adoptar.

Ella se apartó no quería adoptar, que pasaría cuando el creciera, y verlo morir no, esa idea la volvería loca., era difícil tener que adoptar un cachorro, son contados los casos que mueren las hembras en el alumbramiento y esperar sería una tortura.

—Sabes lo que pienso de eso, no Levitt. Esperaremos un poco más.

—Lo que tú digas amor, ¿quieres venir conmigo?, necesito a mi asistente.

—No me siento con ánimos, mañana cariño, esta vez lo prometo.

Levitt asintió, deposito un beso en su frente, sabía que cada celo ella cambiada, no había semilla en su vientre se desanimaba demasiado, era mejor no comentarle nada, además ver nacer a otros bebés la llevaba a una depresión.

— ¿Estarás bien? —dijo antes de salir de la habitación.

—Si eso creo, solo por hoy.

El lobo rubio no le agradaba dejarla sola en casa, ambos decidieron estudiar medicina, un cambio drástico él iba ser contador pero ella lo hizo cambiar de idea. Kila es enfermera del cual a veces ella misma le ayuda con la agenda, era curioso era el único lobo que da ginecólogo, cuando desde joven su sueño era ser contador y terminó trabajando en un hospital y ayudado a otros cachorros llegar a este mundo.

Sonrió recordando aquel día que ayudo aquella loba a dar a luz en aquel establecimiento, pudo ver como la vida era grandiosa y como aquel se daba el grito ante el mundo.

Kila lo apoyo en su carrera, y ella tomo la enfermería, pero nunca imagino que de ver tanto bebes, ellos no tenían la dicha de ser padre, todo al principio fue triste, pero con el paso su loba se aferra ms a ese sueño, trayéndole problemas a su relación.

—Levitt, ¿Crees que puedas asistirme?, tengo que salir una loba tendrá a su cachorro en casa, se niega a venir— comento aquella doctora rubia.

—Claro, supongo que es Adelaida.

—sí, esa mujer no quiere tener a su bebe, es posible que me lleve un equipo, la posibilidad de que sea cesara son grandes.

—Descuida no creo que hoy sea un día donde muchos bebés quieran nacer —comentó el lobo.

—Uno nunca sabe, bien gracias te dejo.

—Cuídate Emma.

Levitt observo la foto de su mujer que se encuentra sobre su escritorio, vestía ese vestido blanco y esa sonrisa hermosa.

—Levitt, hay una mujer que esta por tener a su cachorro—comentó una enfermera.

—Ahora voy.

El lobo observo aquella mujer rubia se le hacia conocida, per dio atención a su vientre, todo indicaba que su parto se estaba adelantado, de acuerdo a la información de la loba.

—Solo respira, tendrás a tu bebe, ahora vamos a conocer al cachorro.

Levitt sonrió cuando vio aquel bebe dar s llanto a la vida, entregándoselo a la nueva mama, indicó a las enfermas que asistan el en un rato más el daría una revisión.

Salido de ahí, torciendo su cuello había sido un parto largo, escucho los gritos de una mujer, que fue directo a recepción, como aquella rubia solicitaba información.

— ¡Necesito saber si mi hermana está aquí! —se escuchaba desesperada.

La mujer de recepción busco en la computadora, indicándole que estaba en observación, ella se giró mirando al lobo que estaba observado.

— ¿Levitt? —dijo ella confundida.

El lobo frunció el ceño, preguntándose donde la había conocido, hasta que ella se acercó más, reconocía esa esencia.

—¿Clarie? —dijo el extrañado.

—cuanto tiempo sin verte Levitt.

—Lo mismo digo, me alegro de verte.

—Lo mismo digo.

corazon de Alfa libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora