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—Son perfectos no lo crees —la omega comenta viendo aquellos dos bebes.

—Lo son, después de mucho al fin tengo mi recompensa.

—Siento mucho hacerte esperar Em, yo...

—No hay nada que decir —beso sus cabecitas en cada uno.

El lobo los cargo estaba enamorado de esos dos cachorros, miro al otro que aún estaba un poco delicado, desde que la vio sabía que la quiera en su vida cuando su primo la llevo a casa, sus ojos eran los más hermosos que había visto y desde ahí siempre la observaba, pero nunca se atrevió acercarse.

Lo odio cuando supo que la había rechazado porque ella no era lo que realmente necesita en su vida, discutieron mas cuando le confeso que solo se costó con ella en saber que era hacerlo con alguien como ella. El busco después de lo que paso con las lobas en la reserva. Hasta aquel día.

Su cabello rubio esa sonría después de años ahí estaba, no dudo presentarse con ella, después de años unas copas una noche se imprimió de ella tenerla ahí bajo su cuerpo observando cada detalle, sus ojos sabía que ella sintió esa conexión. Pero el destino no quiso en ese momento y no estaba.

Ahora después de años la vio en camilla agotada con sus dos hijos, en sus brazos, su familia no le agrado la idea, pero al final aceptaron sobretodo sabe que él había muerto en accidente y era amero decirle la verdad que ella no siguiera esperándolo.

La otro entre sus brazos haciendo el amor ese día del cual trajo consecuencias unas muy bellas.

—Como están estos dos pequeños —entro el alfa observado a su paciente

—Muy hambrientos doctor Levitt

—Hare una revisión sabes que es muy escasas veces nacen un alfa cuando ambos padres no lo son, pero al ser omega es posible, es por eso que noté el olor cuando cuanto te vi.

—No puedo creerlo yo mama de un...

—Créetelo además ahora es necesario más cuidado para el Clarie, tu embarazo fue agotador sobre todo para el nueva alfa es muy absorbente—Gracias Levitt

—Te lo repito no agradezcas ya saben cómo les pondrá ambos.

—Sí, Manuel y Bernardo

—Hermosos nombres.

—Tus niñas son hermosas Levitt deben parecerse mucho ambos. —decírmelo hace que mi corazón se estruja.

—Emmanuel y yo queremos pedirte que seas padrino de nuestros bebes Levitt, sé que no tenemos mucho contacto, pero me has ayudado en traer al mundo a mis hijos sobre todo a Bernardo estuvo a punto de...

—Lo hare.

Diecisiete años después.

—Tío creo que hoy hará una hermosa noche —me comenta Amaya.

—Eso espero mis hijas quieren hacer un festín de noche y festejar sus próximas a graduarse.

—Lo sé y todo es por ti te ash dedicado a ellas todos estos años tío creo que es tiempo de que te des una oportunidad de conocer mas allá.

—Me lo dice la diosa Amaya que resulta que es mi sobrina.

—Te lo dijo como sobrina esta vez. Tal vez te lleves una sorpresa un día de estos.

La escucho y solo sonrió viendo como todos son felices y yo llevo mi amargura en mi corazón.

Festejar como mis hijas bailan me recuerdan aquella noche que vi a Kila aun la llevo aquí en mi pecho latiendo con fuerza, mi compañera, mujeres me sonríe, pero no puedo faltarles el respeto a mis hijas y a mi mujer que aun sin estar la tengo dentro de mí.

corazon de Alfa libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora