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—Parece que te asuste ¿O tan feo estoy?

—Que haces aquí —dijo ella sorprendida cayendo la carpeta.

—Mi hermana acaba de tener a su bebe, se adelantó teníamos bueno realmente ellos tenían previsto en dos semanas.

—Oh —respondió para tomar la carpeta.

—Déjame ayudarte —tomo la carpeta.

Las manos de Claire temblaron, nunca pensó volverlo a ver, menos después de lo que paso entre ellos. La culpa la carcomía Emmanuel era el primo de su ex mate, nunca debió aceptar esa salida, solo era un café y termino en la cama.

—Sigues igual de hermosa —dijo el

—Ni digas eso —se puso de pie rápidamente. —No lo vuelvas a decir, no es correcto.

—¿Por qué no es correcto?, desapareciste ese día y ni siquiera tomas mis llamadas, pensé que había hecho algo mal, no sabes cuánto tiempo pensé en eso.

—Basta, tu hermana no tarda en traerla, con permiso.

—Claire, por favor.

—Sabes lo que pienso, además el...

—Deja de pensar en el —dijo molesto —Porque debes seguir pensado en el pasado él te rechazo.

—Es el único que amare, espero que así lo entiendas.

—Pero yo me imprime de ti y es una tortura no tenerte.

—Deberías buscar a tu compañera y dejar todo olvidado.

Salió de ahí con el corazón a toda prisa, los recuerdos de esa noche, lo que menos quiera era quitarle a quien fuera compañera de Emmanuel.

Choco con Levitt tirando todas las hojas que no pudo contener las lágrimas.

—Disculpa Claire déjame ayudarte.

—No, yo puedo.

—Por fa...

—¡Basta!, yo puedo —tomo las hojas saliendo de ahí.

—Claire¡!

Levitt la observo hasta perderse en los pasillos del hospital. Esperaba que estuviera bien, tocaron la puerta de oficina mirando a su mujer con una lonchera.

—Kila, amor que haces aquí.

—Ya vez, te traje el almuerzo

—Gracias amor —se puso de pie dándole un beso a su mujer.

—¿Y Claire? Traje un poco para ella.

El lobo frunció el ceño, extrañado de la atención de ella hacia su ahora asistente.

—Salió cariño

—Oh tardara mucho —dijo mirando la puerta.

—Parece que te urge verla cariño, haya algo que quieras decirle, igual puedo dejarle el recado.

—No amor, es cosa de mujeres.

—Entiendo, cosas de mujeres entonces lo dejaremos así.

—Por eso te amo.

—Se ve delicioso.

—Sé que te iba a gustar, bueno me voy. nos vemos en la casa no tardes amor. —dijo mimosa.

—Creo que ver la hora de la salida será un martirio para llegar a casa —repudio cuando su mujer paso su lengua por sus labios.

—Y yo muero por sentirte mi lobo.

El alfa soltó una risa como su mujer movía las caderas saliendo de su oficina, realmente algo estaba pasando el camino de Kila dio un giro inesperado, la miraba más vivaz, sonriente y con ese brillo coqueto en ojos chocolates.

Kila busco por los pasillos preguntando por Clarie.

La vio en la terraza se acerco a ella diciendo su nombre la rubia limpio sus ojos fingiendo una sonrisa.

—Pregunte por ti, y me dijo Rina que estabas en la terraza algo inquieta. ¿PASO ALGO? —pregunto al verla con los ojos rojos.

—Nada, necesitas algo.

—traje pasta para ambos.

La loba frunció el ceño no entendia bien.

—No hagas esa cara, solo quiero enmendar el pasado.

—Olvidalo ya no es necesario. Y gracias en un momento bajo.

—Se que no seremos amigas pero puedes contar no le diré a nadie —comento Kila.

—Es complicado.

—No tengo nada que hacer.

Kila escucho a la loba, no le pareció nada, había pensado en aquello tan descabellado como para perder la oportunidad con un lobo.

No le importa si tiene que pasar por encima de alguien tendría ese bebé acosta de los que sea.

Ella era un omega y nadie ni ese tal Emanuel le removeria lo que desea.

—No le que da claro.

—¿Te gusta? —pregunto kila con cautela.

—es complicado Kila, el es familiar de "El".

—Ya veo si lo vería mal la familia supongo.

—No le quitaría el destino a otra.

—Y tu te ya sabes imprimaste.

—No lo sé, me puse nerviosa ese día y salí como una cobarde.

—Bueno tal vez debas rechazarlo y eso lo alejará confía— tomo su mano —Tu has dicho que no amarías a nadie más entonces mantente firme entendido.

Kila se despidió de Clarie, busco al supuesto lobo. Ahí estaba cargando al pequeño bebé.

Era apuesto, y no se miraba que fuera alguien que pudiera darle todo a ella. Pero no en este momento no ahora.

Y sobre todo saber que aún no sabia de la muerte de su ex mate le daba más fuerza de continuar, por algo ese lobo no le ha dicho cada quien tiene sus motivos como los que ahora tiene.

Pero primero debía manejar a su lobo y convencerlo.

corazon de Alfa libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora