corazon de Alfa libro 3

EXTRA SIEMPRE MIA

SIEMPRE MIA

Bernardo aún sigue sin comprender el peso que lleva en sus hombros, sabe que debe buscar su camino, todo va  bien tiene unos padres que lo apoya, un hermano que es  su confidente pero siempre se ha sentido diferente quiere ser como cualquier lobo,  desgraciadamente para el todo  es imposible al nacer Alfa, no se explica por qué y tampoco quiere indagar.

Pero aquel día que estaba dispuesto a partir y buscar su propio nido, no puedo evitar reaccionar el exquisito olor que entro a sus fosas nasales, ese dulce sabor de la nectarina tan ácida como su misma dueña.

Había escuchado de ella, pero nunca pasó por su cabeza que ella misma fuera su compañera. La ginecóloga Emma Thomson, el problema no es que fuera su Mate, si no que esa mujer siempre le da huida cada vez que lo ve, le gusta ese juego de escondidas tal vez si continúa no podrá resistir en ponerme una siniestra y  atractiva trampa.

—Me darás el sí doctora Thomson.

—No te cansaras —La escucho decir con ironía me encanta.

—nunca, porque debía hacerlo.

—El simple hecho que soy muy grande para ti.

Suelto una risa, grande para mí no sabes lo que cargo dentro de mi cuerpo.

—Bernardo puedes tener todas las lobas que quieras y dejarme en paz, podemos llegar al acuerdo que...

El callo silenciando con mi pulgar sus labios que muero por probar y ella se niega a darme ese derecho.

—Si fuera todo eso que dices desde el primero momento me hubieras rechazado, pero veo en tus ojos que quieres lo mismo que yo, las ganas —con mi otra mano recorro su cuello hasta sus pechos que respiran agitados.

—Bas...

—Shuuuu, loba no más —sigo bajando hasta su vientre sonrió porque será mía.

Sus labios tiemblan y aprieto más su vientre, acerco mi rostro, sé que perdió un compañero y teme de nuevo pero conmigo no pasara, aspiro su esenia y ella suelta un gemido que me hace rozar mis labios cercas de los suyos.

—Sabes lo que soy y es un cazador Emma, no huyas de mí. —la dejo ahí temblando.

Me detengo antes de desaparecer.

—Hasta aquí huelo tu humedad mentirosa —suelto y sus ojos se abren con esas mejillas rojas.

Te tengo Emma Thomson.

Sé que tendré mi propia manada una tan fuerte  y poderoso con ella mi luna.