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Martes.

— ¡Buenos días!— saludo el pelirubio bajando por las escaleras.

— Buenos días cariño— respondió su madre. Su padre imitó el acto también y volvió su vista a el periódico que anteriormente estaba leyendo.

La señora Kim coloco los platos sobre la mesa para comenzar a servir la comida y al instante ambos hombres comenzaron a comer. SungGyu estudiaba en una academia, ya que por no hablar coreano muy bien sus padres no quisieron ponerlo en un instituto normal, no querían que su hijo fuera víctima de burlas o cosas peores.

En la academia aprendía coreano pero a la vez seguía con sus estudios, como un estudiante normal.

— ¡Ya me voy!— el de pecas agitó su mano y sus padres le sonrieron. Salió de su casa cerrando la puerta suavemente y dejando salir un suspiro se dispuso a caminar hasta su lugar de estudio.

En la casa, la mujer se sentó junto a su esposo.

— ¿Crees que estaremos bien? Si ellos se enteran, nuestro hijo correrá un grave peligro.

El hombre tomo la mano de su esposa y la apretó levemente.

— SungGyu estará bien, lo prometo.

Las clases transcurrían normal, el profesor explicaba en el pizarrón, algunos ponían atención y otros ocultaban su celular tras sus libros, los de atrás tiraban bolitas de papel hacia los de adelante y los del centro estaban tranquilos como de costumbre.

El timbre sonó y era hora del receso, SungGyu se levantó de su asiento y espero a que la manada de animales que eran sus compañeros, salieran. Cuando ya no hubo nadie en el salón y el riesgo de ser empujado y pisoteado estaba lejos, salió solitario hacia la cafetería.

Al llegar compro lo que el día de hoy sería su almuerzo y salió de aquel lugar. Comer en la cafetería significa que si en un dado caso se formaba una guerra de comida, tus alimentos correrían peligro.

Se sentó bajo un árbol ubicado en el patio trasero de la academia y dió un mordisco a su sandwich de jamón. Estaba aún comiendo con la mirada baja cuando una sombra se posó frente a el.

Levantó su mirada y sonrió al saber de quién se trataba.

— Pensé que habías faltado— SungJong tomo asiento junto al pelirubio.

El contrario negó.

— Solo me desperté un poco tarde, hyung.

Explicó y continuó con la tarea de comer su sandwich. SungJong había sido el único que se atrevió a acercarse a el, por lo que el menor le tenía un gran aprecio.

Cabe destacar que SungJong era mayor que SungGyu por tan solo un día lo cual hacia que el pelirubio se sentirá frustrado pues nunca conoció a alguien que lo llamara "Hyung".

— Así que tu padre ahora tiene un caso— SungGyu miró a su mayor con asombro — papá me lo dijo, es increíble SungGyu, ni siquiera a mi padre le han dado un caso tan importante.

— Aún así, mi padre corre muchos riesgos— el menor se encogió un poco y bajo su mirada.

— Tu padre es alguien muy fuerte SungGyu, estoy seguro de que no le pasará nada.

El de pecas sonrió, sin duda alguna la compañía de SungJong lo tranquilizaba.

El resto de las horas de clase fue la misma rutina diaria hasta la hora de salida, donde SungGyu colgó su mochila en su hombro y salió de aquel lugar. Mientras caminaba de regreso hacia su casa sentía como si alguien lo estuviera siguiendo.

Apuró el paso y en algún momento comenzó a correr sintiendo que atrás de el, alguien también lo hacía. No quiso darse la vuelta y saber quién era, estaba más concentrado en huir que en saber quién lo seguía.

Estaba llegando a su casa cuando de un callejón salió un sujeto armado y apuntó hacia SungGyu, este detuvo su andar.

El chico sentía sus piernas temblar y perdería la consciencia en cualquier momento si esto seguía así.

Sintió de nuevo los pasos tras el y antes de que pudiera darse la vuelta una suave tela fue colocada en su nariz, sintió mareos y poco a poco el sueño lo fue venciendo.

— Dile a el jefe, que lo tenemos— fue lo último que escucho antes de quedarse dormido.

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❥Bad Boy | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora