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SungGyu era guiado por los corredores de aquel lugar, ahora que lo notaba, debía encontrarse en una casa cerca de la playa o algo por el estilo pues a través de las ventanas de podía camuflar el fresco y salado olor del mar, al mismo tiempo que el sonido de las olas golpeando contra la arena. El de ojos pequeños pensó que de ser así, era una mansión en la que estaba y no una casa común. Pues cada día conocía más pisos de aquel lugar de los cuales desconocía.

— Es aquí— el chico de máscara roja se detuvo frente a una puerta con figuras talladas en ella.

— ¡Espera!— SungGyu lo detuvo cuando su acompañante iba a girar la perilla para poder entrar.

— ¿Pasa algo?

— Nunca te he visto por aquí, ¿Eres nuevo?

El de máscara roja guardó silencio. No podía. No podía decirle todo y se sentía culpable por eso, era demasiado sensible desde que había decidido alejarse de los caminos de la mafia y abandonar a WooHyun quien no se opuso a su decisión.

— Solo he venido a ver a alguien.

— ¿Es necesario usar una máscara para eso?— preguntó con inocencia el peliplateado.

— Solo entra, deja de hacer preguntas innecesarias.

SungGyu se calló inmediatamente y así su compañero pudo abrir la puerta haciéndose a un lado para que el menor pudiera entrar.

— ¡Hey! ¡Jong! Creí que nunca vendrías.

El chico de máscara de conejo lo saludo mientras sonreía tras la máscara. El llamado Jong entró a la habitación quedándose de pie frente a la mesa seguido de SungGyu.

— No es que conociera a la perfección el lugar, Hoya.

— Ustedes dos, ¿Pueden comportarse?— Lee Yeol rodó los ojos mientras tomaba de la mano a SungGyu y lo llevaba hasta donde sería su asiento.

— ¿Qué me dices de ti Lee Yeol? ¿Donde esta L? ¿Se fue con ese niño otra vez?

— Cierra la boca, idiota.

— Aigoo—. Una voz que recién entraba a el lugar obligó a todos a ver hacia la puerta, divisando a un chico de máscara dorada con unos cuantos garabatos de tono celeste.— saben, no es bueno hablar en mal de otros cuando estos no están.

— Mira quién lo dice— SungYeol susurró cruzándose de brazos.

— Lo digo yo, bebé.

Las mejillas del chico de máscara púrpura se tornaron rojas al igual que toda su cara, resaltando más esto que el color de su máscara.

— I-idiota.

Balbuceó sentándose junto a SungGyu. El de dorado se acercó a el chico de ojos pequeños con una sonrisa que dejaba ver su hoyuelo.

— Así que tu eres SungGyu.

Habló con suma delicadeza tomado lugar en el otro extremo que quedaba libre junto a el menor.

— S-si.

Susurró el de ojos pequeños mirando al chico a su lado.

— Soy L, también vengo de Japón.

La mirada de SungGyu se iluminó tanto, que parecía dar luz a todo el lugar hasta el punto de dejar ciegos a todos los presentes. L le extendió la mano y el peliplateado alegre y animadamente la tomo en un abrir y cerrar de ojos.

— Entonces, ¿Puedo hablar contigo siempre que quiera? Extraño mucho Japón y tener a alguien más que vivió ahí me hace muy feliz, también así puedo practicar mi inglés para que no se me olvide.

— Claro, porqué no.

Todos miraban a ambos chicos, los tres chico pensaban lo mismo. Eso era lo más largo que el de ojos pequeños había dicho en el tiempo que llevaba ahí.

— Por cierto, ¿Dónde esta WooHyun?— el de púrpura preguntó.

— Dijo que iba al baño hace como media hora— respondió, el de máscara de conejo.

— ¿Deberíamos ir a ver si murió o algo por el estilo?

— Jong...

— Lo siento.

— Más bien, creo que tú y yo deberíamos ir a el baño también.

El de máscara de conejo propuso a su novio ganándose un golpe por parte de este.

— Tu no cambias.

La puerta se abrió y por ella, entró WooHyun, quien abrió sus ojos de para en par al ver al chico de máscara roja.

— No pensé que llegaras a venir.

— Te dije que lo haría.

— Ya viste que está bien, ¿Ya no vas a desconfiar de mi?

— Quiero asegurarme de otra cosa antes.

— ¿Qué?

— Tu sabes a lo que me refiero.

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❥Bad Boy | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora