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Decir que no era incómodo el silencio que parecía dominar todo en aquella pequeña sala, sería mentir. WooHyun simplemente se mantenía con la mirada fija en el suelo mientras su padre tenía una expresión de negatividad en su rostro.

Lo cual era típico de el.

— Eres una deshonra.

WooHyun levantó la mirada de golpe, ¿Qué había hecho esta vez? Según lo que el recordaba nada.

— ¿Por qué?— preguntó en un susurró.

El hombre de mayor edad lo miró como si quisiera decirle ¿Y todavía lo preguntas? WooHyun volvió a agachar su cabeza, nunca entendería a su padre. Siempre había sido así desde que el pelinegro era pequeño, primero lo obligó a entrar al mundo de la mafia donde —según su padre— se volvería un hombre de verdad, luego lo separó de su madre y hasta el día de hoy no sabe nada de ella, truncó su carrera de cantante cuando apenas daba inicio por lo tanto nunca pudo ser reconocido.

Había manejado su vida como se le daba la gana, y WooHyun nunca pudo decir nada en contra.

— Se supone que teniendo a su hijo cautivo, ese oficial iba a rendirse— no le dirigía la mirada al menor frente a el — pero al contrario pareció darle más fuerzas, y lo peor de todo es que eres tan débil como para recibir un disparo y caer ya desmayado. Eres patético.

— No soy patético...— WooHyun mordió su labio levemente.

— Lo eres, más te vale que arregles esto o de lo contrario, no me queda otra opción que hacerlo yo mismo— el pelinegro levantó su cabeza rápidamente — ¿Eso quieres WooHyun? ¿Quieres que yo me haga cargo de ese niño?

Las manos de WooHyun se volvieron puños y su ceño se frunció, no dejaría que su padre le hiciera daño.

— No te atrevas a acercarte a SungGyu— advirtió acercándose al hombre de mayor edad a tal punto de escupir las palabras en la cara de este.

— Obligame— respondió su padre con una sonrisa cínica en su rostro, camino hasta la puerta — y WooHyun, quítate ese piercing, te ves ridículo.

Dicho esto salió de la casa. Nam suspiro, sabía que si se daba por vencido su padre haría pasar a SungGyu un verdadero infierno y temía que la linda sonrisa del de ojos pequeños, cambiará por lágrimas.

SungGyu sonreía ampliamente mientras tenía en sus manos al pequeño pollito.

— ¿Como es que WooHyun te trajo de nuevo hacia mi?— le preguntaba al peluche — ¿Acaso son amigos?

Y así el de ojos pequeños siguió haciéndole preguntas que nunca serían contestadas por el dulce pollito de peluche. También aprovecho para quejarse que la cama de WooHyun era más cómoda que la suya, puesto que desde que se acostó en ella, no quería levantarse.

La puerta de la habitación se abrió y SungGyu se sentó en el borde de la cama observando a Nam tomar asiento junto a el con una expresión triste.

— ¿Pasa algo?— preguntó el de ojos pequeños preocupado.

WooHyun negó.

— SungGyu-ah.

— ¿Si?

— ¿Quieres salir?

Xiumin corrió hacia el automóvil de color negro, abrió la puerta y tomó asiento al lado MyungSoo. Este le dedicó una sonrisa y encendiendo el motor, comenzó a manejar.

— ¿Todo bien?— preguntó al dulce chico de brackets.

— Si, Araceli es una buena chica.

— ¿A-ar-racely?— preguntó teniendo ciertos problemas a la hora de pronunciar dicho nombre.

Xiumin río y asintió manteniendo una sonrisa en su rostro.

— Es una alumna de intercambio en la sección de enfermería, se le dió la oportunidad de trabajar aquí durante un tiempo y mi profesor la puso como mi asistente.

— Ya veo.

L dejó ver su hoyuelo, se detuvo frente a un semáforo que estaba indicando un alto.

— Hyung, yo...— el mayor lo miró — creo que debe prestarle más atención a SungYeol.

— ¿Por qué?— preguntó el mayor frunciendo su ceño.

— Su novio es él, y pareciera que yo lo soy. Sé que SungYeol se siente incómodo con eso y no me gustaría que ustedes dos terminarán por culpa mía.

El rubio suspiro.

— No te preocupes, estoy seguro de que SungYeol no se siente así.

— Está bien, hyung.

Susurró Kim mirando por la ventana, el menor no creía que MyungSoo dijera lo mismo, si tan solo se diera cuenta de la mirada dolida que tenía SungYeol en estos instantes mientras los miraba en el otro carril.

El semáforo cambio y Lee aceleró su moto dejando a ambos chicos en el automóvil atrás, ¿Hasta cuándo se daría cuenta del daño que le hacía?

— ¡Es un caso perdido!— exclamó el chino — ustedes tienen mejores misiones que yo.

El resto de chicos sentados en la mesa río.

— Deja de quejarte Jackson, tú fuiste quién se ofreció como ayudante en ese caso.

JaeBum le dió un sorbo a su bebida natural.

— ¿Y tú Mark?— el mencionado miró a el menor de todo el grupo — ¿Cómo vas?

El pelirrojo pareció pensarlo un poco, tomo la lata de Coca-Cola y la llevo hasta su boca dándole un sorbo.

— Todo va bien. Necesito ir al baño.

Los chicos asintieron y siguieron hablando animadamente. Mark se paró y camino hasta donde se encontraban los baños en aquel centro comercial, puesto que la heladería donde se encontraban no tenía.

Estaba lavando sus manos cuando alguien entró, cabello del color de cierta fruta y unas lindas ojos pequeños que decoraban su rostro, sonrisa alegre y cierto resplandor. Mark sonrió.

— ¿Tú eres SungGyu, cierto?

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❥Bad Boy | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora