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— ¿Aún no despierta?— los presentes negaron ante la pregunta de SungYeol.

— ¿Y SungGyu?— preguntó L mirando al vacío.

— Sigue durmiendo— respondió SungYeol.

Guardaron silencio por unos minutos. Ninguno decía nada y lo único que se podía escuchar en aquel lugar era las respiraciones por parte de los tres chicos. El crujido de una puerta abrirse los alertó a todos quiénes posaron su vista en el lindo chico de brackets que había salido de la habitación donde estaba WooHyun uniéndose a ellos en el pasillo.

— La herida era un poco profunda, pero está bien.

Todos suspiraron, el más grave peligro acababa de pasar y ahora podían estar seguros de que WooHyun no estaba en peligro. XiuMin camino con la cabeza baja hasta el lado de MyungSoo.

— ¿Qué pasa pequeño?— preguntó el de máscara dorada.

— Q-quisiera salir el día de hoy.

— L no es tu madre, XiuMin.

— SungYeol— el tono serio de su novio lo hizo encogerse en su mismo lugar y voltear su mirada hacia otro lado evitando a ambos chicos.

— ¿Puedo?— los ojitos de XiuMin brillaron con entusiasmo.

El de apellido Kim sonrió con ternura para luego asentir. Amaba a el chico de brackets, tanto que lo quería proteger de todo lo que buscará dañarlo. Aunque eso significaba a veces hacer a un lado a SungYeol.

Un chillido agudo obligó a todos a ver al débil pelinegro que se apoyaba en el marco de la puerta intentando caminar.

— WooHyun, ¿Qué haces?— HoWon se acercó rápidamente y trato de ayudarlo, cosa a lo que el más alto se negó.

— Estoy bien.

Susurró, aunque todos pudieron escucharlo.

SungYeol iba a hablar cuando sintió una suave ráfaga de viento pasar a su lado para terminar aferrado sobre la cintura de WooHyun.

El pelinegro no pudo evitar asombrarse ante la acción del chico de ojos pequeños, al igual que todos los demás presentes que tenían su boca abierta a tal punto que parecía que está llegaba hasta el suelo de madera.

— SungGyu-ssi ¿Qué p--...

— ¡Tonto!— grito interrumpiendo al pelinegro.

— ¿Qué?

— ¡Tonto! ¡Se supone que eres el mafioso más buscado, más temido y caíste inconsciente tras un solo disparo!

— SungGyu.

Todos miraban la escena con asombro mientras WooHyun tomaba delicadamente del mentón al peliplateado y limpiaba con sus pulgares las lágrimas que salían de sus ojos.

— Se supone que debes protegerme, no que debo protegerte— susurró.

— SungGyu— WooHyun sonrió con dulzura, el de ojos pequeños lo miró.

— ¿Qué?

— Gracias por no abandonar me.

JongWan meditaba sobre su asiento, ¿Por qué? ¿Por qué SungGyu no escapó? ¿Acaso se lo impidieron?

Hundido en sus pensamientos estaba cuando su jefe entró a su oficina acompañado de un joven de cabello rojo.

— JongWan, las cámaras de seguridad no grabaron nada. Es como si alguien hubiera borrado todo.

El de apellido Kim se paró de su asiento.

— Todo habría sido mejor si no hubieran dado la orden para disparar, ¿Qué tal si mi hijo resultó herido?

— Su hijo está bien, podemos asegurar eso.

El padre de SungGyu frunció el ceño, ¿Cómo podría siquiera saber el eso? No existía manera alguna de que lo que su jefe afirmará estuviera cien por ciento garantizado, aunque sabía que a aquellos vándalos no les convenía que su hijo tuviera un mínimo roce.

Kim miró al chico que estaba al lado de su jefe, era demasiado delgado, usaba ropas holgadas a pesar de estar en un lugar donde la presentación es lo primero, cabello teñido de rojo y desordenado —algunos mechones caían sobre su cara—, piel pálida y manos grandes.

¿Quién era?

Su jefe pareció leer su mente y en seguida adelanto un poco a el chico que estaba a su lado.

— Su nombre es Mark, Mark Tuan. Es el líder del escuadrón de francotiradores y recientemente ha sido trasladado a nuestras instalaciones.

JongWan hizo una pequeña "O" con su boca. No podía creer que alguien tan joven fuera ya líder de su propio escuadrón.

— Es un gusto conocerlo señor Kim. El de apellido Tuan hizo una leve reverencia. El padre de SungGyu lo imitó y solo se limitó a sonreír.

— El fue quien disparó hacia Nam— había ganado la atención de Kim — y le dió, pero no disparo en un punto vital, así que Nam escapó.

Estalló su puño contra la mesa, estuvo tan cerca de recuperar a su hijo.

Mark observaba al hombre frente a el. Y se preguntó qué pensaría si se diera cuenta que su hijo le había salvado la vida al hombre que lo tenía cautivo.

— ¿Y SungGyu?

WooHyun salía de la habitación donde anteriormente había estado.

— Se quedó dormido.

— ¿Está bien jefe?

— Lo estoy, pero necesito que hagas algo por mi.

— ¿Qué?

— Necesito que vayas a la casa de los Kim.

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❥Bad Boy | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora