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El peso de la verdad

Aria

Presiono mis dedos contra la madera de mi escritorio, toma mucho aire y me indica que me siente en el sofá, se sienta en el individual y limpia las lágrimas que le cayeron del rostro, me duele verlo así y no se que tan fuerte sea lo que deba decirme, tal vez demasiado para que lo ponga así

—Conocí a tu madre en un operativo de rescate, había sido la obsesión de un mafioso, Rupert Lazcano, la había torturado y violado de las peores formas— susurra, sin verme, esto le afecta tanto como el tiempo que dure con mi primer novio, vuelve a tomar aire, y entonces sus ojos negros se posan en mi  — después de las muchas terapias nos hicimos cercanos, muy buenos amigos, y ya yo había caído rendido ante el hechizo de sus ojos verdes

»—Ella aún no perdía el miedo de que Lazcano la iba a encontrar, que se la iban a volver a llevar, y yo le prometí que eso no iba a pasar, para ese entonces, mis padres me presionaron para casarme y tener hijos, sabes que antes era un hecho que si no te casabas no podías recibir la herencia, y lo demás — presiona su sien, como si ese tema le hastiara

»—Entonces, le propuse a tu madre un contrato... — lame sus labios antes de proseguir — un contrato para casarnos, que ella acepto, 8 meses después del secuestro naciste tu, y la emoción de protegerlas afianzó más la idea del compromiso, pues tenía dos pelirrojas a las cuales adorar

»—El problema resultó en que tus ojos eran ámbar, amarillos y brillantes como el sol, y era obvio que yo no había aportado mis genes, el médico dijo que era un gen especial y por eso habías tenido ese color, todo para ayudarme con mis padres, me aseguré de encerrar a Lazcano y le prometí a tu madre que jamás te diría de tus orígenes,

»—Por eso te cuidaba y te protegía en demasía no quería que pasaras por lo mismo que tu madre, y perdón por no decirte la verdad antes — mira hacia arriba y se levanta, sentandose a mi lado, sosteniendo mis manos — tu padre biológico, no merecía que tú supieras eso

Me quedo helada sin saber que decir, ahora entiendo la cara de los hombres de Ferrer, el terror al identificarme como el antiguo líder, también el rostro de Ferrer, al observar cada que nos vemos el mapa sobre mi hombro, entiendo todo, y no se si me gusta eso

En las mafias hay una leyenda, sangre y sol, todo para portar la Corona,  antes de los Ferrer había una familia poderosa, su apellido Lazcano, se distinguían por un lunar en su hombro, es raro que tu lo tengas”

Sus palabras se cuelan, en mi cerebro y lo que ahora entiendo y hace que un escalofrío me recorre la espina dorsal

«Sol y sangre, todo para portar la corona»

¿De qué corona habla? ¿La de la mafia?

—Dí algo por favor — habla mi papá, sacándome de mis pensamientos — gritame, insultame

—Quiero verlo — las palabras salen antes de que pueda procesarlo, sin un filtro que más detenga y es verdad, amo a mi padre y estoy molesta por ocultarme algo tan importante, tanto tiempo, que si no hubiera Sido por mi, no se hubiera dignado a hacerlo, pero quiero comprobar por mis propios ojos lo que él me acaba de decir

Y tal vez encontrar a Ferrer en el camino

—¿Para que? — pregunta, volviéndose a tensar

—Estoy en mi derecho, papá — susurro, sin saber que más decir

Asiente de mala gana y toma lo necesario de su escritorio, hace un par de llamadas y me indica que lo siga, después de media hora llega un helicóptero, da órdenes dejando que el piloto baje y sea el quien tome el mando del aparato

EN MEDIO DEL MAR [Spin Off De La Biología Condena #0] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora