12.

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Regresé a la cafetería y Cassidy ya estaba saliendo así que sólo la esperé.

—Tampoco fue Jason —le dije apenas llegó.

—¿Un admirador secreto?

—No lo sé.

Caminamos unos segundos en silencio hasta que Cassidy dijo:

—Tenemos que saber quien es tu admirador secreto.

—No tengo un admirador secreto.

—Sí lo tienes.

—Igual, no quiero pensar en eso. Bastante tengo con lo de James y Jason así que... ¡auch! ¡lo siento! —grité a un chico que chocó con mi hombro—. Así que no...

—Hallie, ¡él es tu admirador secreto!

—¿Quién?

—El chico con el que chocaste.

—Cassidy, necesitas un doctor.

—No chocas con alguien por casualidad. Estoy segura.

—También estabas segura de que aprobarlas geometría.

—Buen punto.

—Anda, llegamos tarde.

Llegamos al salón a recibir las clases que faltaban y cuando fue hora de salir tomamos nuestras cosas y salimos.

—¡Chicas! —nos gritó Linda y nos detuvimos, James y Jason la acompañaban—. Connor quiere vernos.

Salimos y vi a Connor recostado sobre su camioneta. Linda corrió hacia él, quien la recibió con un abrazo y la levantó un poco. Luego se besaron.

—Dan asco —dijo James y me reí con sarcasmo—. ¿Qué? —me preguntó.

—¿Qué? —dije yo haciéndome la desentendida y él se rio.

—Chicos —nos dijo Connor.

—¿Qué pasa? —preguntó Cassidy.

—¿Qué haran este verano? —volvió a decir Connor y después de unos segundos en silencio, respondí por todos:

—Nada.

—Bien, están invitados a pasar la mitad de su verano en la casa de mis padres —dijo sonriendo.

—Wow —dije.

—Los recogeré el sábado, lleven pijamas, trajes de baño, zapatos cómodos y esas cosas. Tienen una semana para empacar.

—No podré ir —dijo James.

—Todos iremos, claro que irás —respondió Connor.

—Lo consultaré.

—Okay, ¿los llevo a casa? —preguntó Connor.

Instintivamente miré a James.

—Puedo llevarte si quieres, también a Cassi —dijo y miré a Cass.

—Por mí está bien.

—Sí, gracias por el ofrecimiento, Connor —me despedí y James y Cassidy hicieron lo mismo.

Caminamos al estacionamiento y fuimos al auto de James. Él abrió la puerta de atrás para Cass y la de copiloto para mí. Le dimos las gracias y subimos, seguía oliendo a vainilla.
James también subió, nos pusimos los cinturones y arrancó.

Unas calles después, Cass se inclinó a encender la radio y había una canción a punto de llegar al coro.

—¡Paralyzed, Paralyzed, P-p-paralyzed —cantamos —gritamos— Cass y yo.

—¿Soy yo o eso sonó a nostalgia? —preguntó James.

—Cállate y acelera, cambió a verde —dijo Cass.

James aceleró y yo me reí y miré hacia la ventana.
Cassidy volvió a cambiar de estación y en una comenzaba una canción de One Direction.

—Prepárate —le dije a James.

—¿Para...? —preguntó pero fue interrumpido por un grito de Cassidy, quien cantaba a un volumen exageradamente alto.

—Tranquila, Cass, estamos por llegar a tu casa —James entró a la privada donde vivía Cassidy y luego nos detuvimos frente a su casa—. Yo me encargo —dije mirándolo.

Bajé del auto y esperé a que Cassidy también lo hiciera.

—No debieron separarse —me dijo con lágrimas en los ojos.

—Pero lo hicieron y ahora son solistas, así que basta.

—Eres muy cruel.

—Lo sé —dije y besé su frente—. Ya no llores, te veo mañana —caminé hacia el auto otra vez y vi que James se inclinó para abrir mi puerta desde adentro, subí y vi que Cass se acercó así que bajé el vidrio—. ¿Qué pasa?

—Te odio —dijo seria y solté una carcajada.

—Bien, yo también te amo, ¿algo más?

—James, eres un idiota —soltó ella y yo me reí más fuerte.

—Nos vemos, Cass —dije adiós con la mano y subí el vidrio.

—¿Qué le pasó? —preguntó James entre asustado y divertido.

—No supera su separación, se pone sensible.

—Vaya.

—¿Irás a casa de Connor en el verano? —pregunté cambiando de tema.

—No lo creo.

—¿Por qué?

—La familia de mamá vendrá y no creo que me deje irme dos semanas, ¿tú irás?

—Pues... es casi seguro que mamá me diga que sí, pero sería incómodo, ya sabes, con todos ahí.

—Claro, ¿y quieres ir?

—Sería divertido.

—Bien, iré.

—No. Si tu mamá dice que no, no irás.

—La convenceré.

No dije nada y me quedé mirando por la ventana hasta que llegamos a mi casa.

—¿Estás enojada?

—No, pero no quiero que tu mamá se moleste. Para mí no es vital pasar las vacaciones fuera de casa.

—Bien, le preguntaré sólo una vez y si dice que no, no volveré a insistir.

—Bien —James bajó del auto lo rodeó para abrir mi puerta y ofrecerme su mano—. Gracias, no es necesario que lo hagas siempre.

—No es nada. Practico para cuando seas mi novia —dijo y lo miré sorprendida, un segundo después sus mejillas se colorearon de rojo y sonrió apenado—. Yo... lo siento, no quise decir eso.

—Está bien, joven practicante —dije con sarcasmo.

—¿Te veo mañana? —preguntó aún con pena.

—Claro —lo abracé y le di un beso en la mejilla.

—¿Y eso?

—No es nada, practico para cuando seas mi novio —dije y caminé hasta la puerta—. Adiós —me despedí con la mano y cerré la puerta.

X.

Nota de la autora
soy Cassidy pero con CD9, 1D y BTR qdcirt
hasta aquí mi reporte, Joaquín.

las dos canciones, ah:

Amores Confusos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora