El sábado fui despertada por alguien que golpeaba brutalmente mi puerta. Adormilada, me levanté y fui a abrir. Vi a Cassidy, lancé un gruñido y volví a tumbarme en la cama.
—No, Hallie, arriba —dijo y jaló mis brazos.
—¿Por qué? —bostecé—. Es sábado —me senté y la miré con reproche.
—Tenemos una fiesta y tú a dos chicos que impresionar.
—No tengo que impresionar a nadie, es su problema si ellos piensan que me veo linda.
—Sí, lo sé, mi error. Pero anda, hay que ponernos hermosas.
—Ni siquiera he desayunado —dije y ella se quejó.
—Bueno, vamos a que desayunes.
—¿Tú ya lo hiciste?
—Todos lo hicimos, es casi la una.
—¿¡De la tarde!?
—Sí, Hall, date prisa —me levanté y ambas bajamos a la cocina. Me hice un sándwich que comí con mucha rapidez y subimos de nuevo a la habitación.
Cass dijo que debía bañarme y mientras ella buscaría algo que ponerme.
Me metí al agua fría de la regadera y al terminar de ducharme, me vestí con un conjunto de lencería negra porque, según Cassidy, el vestido tendría escote.
Salí del baño y ella me dio un bonito vestido negro, tenía mangas cortas y un elegante escote en V. Cuando me lo puse me di cuenta que era más corto de lo que pensaba, porque me llegaba a la mitad de los muslos.
Con inseguridad y desconfianza, me dediqué a secar mi cabello, luego Cass lo peinó con una trenza a un lado.
—Te ves hermosa y aún falta el maquillaje —me dijo.
—No uso maquillaje.
—Lo sé, pero tendrás que hacer un pequeño sacrificio. No me tardo —dijo y salió de la habitación.
Me dejó ahí por unos veinte minutos. Pero volvió con un vestido azul celeste que era corto y tenía olanes, su hermoso cabello rojo estaba recogido a los lados de su cara. Se veía bellísima, como siempre.
Unos minutos después llegaron Linda, Sarah y Danielle cargando un bolso enorme, que, supuse, estaba lleno de maquillaje.
No me equivoqué.
Nos sentamos y me dejaron al último porque cada vez que me acercaban un labial o una brocha yo tiraba mi cabeza hacia atrás o me quejaba.
Después de un rato todas estábamos vestidas y maquilladas. Nos veíamos hermosas.
Linda con su vestido morado que la hacía lucir como una princesa. Sarah con su short que la hacía ver atrevida y Danielle con un vestido rosa ceñido a todo su cuerpo viéndose súper sexy.
—Te ves increíble —me dijo Danie con sinceridad—, mira —me llevó hacia el espejo y pude verme. El escote del vestido me daba un aire atrevido y el maquillaje me hacía ver un poco mayor. Me veía guapísima, debo reconocerlo.
—Tú también te ves bellísima, Danie —me sonrió en forma de agradecimiento. Le devolví la sonrisa con entusiasmo. Esperaba que ese fuera el principio de una amistad entre nosotras.
Eran ya las 5:40pm cuando estuvimos completamente listas. Salimos de la habitación juntas y luego una a una bajamos la escalera.
Yo lo hice al último y cuando mi zapatilla derecha tocó el piso de la sala me sentí un poco expuesta. Los chicos nos miraban pero yo sentía, particularmente, dos pares de ojos sobre mí. Evité mirarlos así que veía al piso.
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Amores Confusos
Novela JuvenilLa vida no suele ser fácil, mucho menos en la adolescencia. Hallie tiene que pasar por varias situaciones para descubrirlo. Lo mejor es que nunca está sola, aunque, tal vez, puede estar acompañada de más. Sus problemas pueden no ser catastróficos...