𝙲𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘́𝚗 𝙲𝚘𝚗𝚐𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 [𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎]

Decepcionado◽

"Responde a la pregunta" Los labios rosados de Hermione se curvaron en un mohín mientras cruzaba los brazos frente a su pecho.

"¿Cómo es que sabes de esto?" La miró con curiosidad.

"¡Así que es verdad!" Exclamó a todo pulmón, saltando como una niña de dos años a la que le han dado una piruleta.

Snape se movió incómodo, sus pantalones se apretaron al ver sus pechos rebotando, la camisa no hacía nada para ocultar el contorno de sus pezones. Se aclaró la garganta torpemente,

"Sí, es un hecho que poseo la más extensa colección de libros sobre pociones y artes oscuras", colocando las manos en su regazo para cubrir el creciente bulto, decidió desviar la conversación hacia la chica. "Ahora, creo que es mi turno de preguntarte algo".

Ella asintió, sentándose erguida como si aún fuera una alumna de su clase. Una alumna... eso es lo que de hecho había sido no hace mucho tiempo. Una de mis alumnas... antes de que los pensamientos de Snape pudieran llevarle más lejos ella habló

"¿Qué es lo que quiere saber?" El maestro de pociones se recompuso durante un segundo antes de preguntar

"¿Cuál es tu más profundo pesar?"Era una pregunta pesada y permaneció en el aire durante algún tiempo antes de que ella decidiera responderla.

"Es difícil elegir uno", dijo en voz baja, "Oblivie a mis padres". Sus ojos casi se salieron de sus órbitas, no lo había sabido. Hermione no pudo evitar reírse ante su expresión de desconcierto antes de que su rostro volviera a ponerse serio. "Estaban más seguros así"

Se aclaró la garganta, tras recuperarse de su sorpresa, un ceño fruncido se posó en su frente.

"Señorita Granger, eso fue increíblemente tonto de su parte. Es magia irreversible, por no hablar de magia peligrosa. ¡Se ha manchado de magia oscura Hermione! Eso fue más que una tontería, ¡un descuido! ¡Irresponsable! Y a ti te llaman la más brillante de tu edad -su voz era un hielo, tal y como ella estaba acostumbrada desde sus días en la clase de pociones, cuando él regañaba a los tontos. Ella bajó la cabeza un momento, con los ojos cerrados, luchando contra las lágrimas.

Ella lo sabía. El peligro, los riesgos, las consecuencias que podría tener. Sin embargo, era la única opción que veía entonces. La única oportunidad que tenían sus padres de sobrevivir.

"Sea como sea", dijo ella, levantando la cabeza y mirándole. "Era su oportunidad de estar a salvo. Su oportunidad de ser felices. ¿Quién era yo para impedírselo? No me arrepiento de haberlo hecho. Me arrepiento de otra cosa..." Antes de que él pudiera intervenir, ella continuó con una sonrisa triste "Creo que es hora de que nos vayamos a la cama. Es tarde y tenemos que levantarnos temprano por la mañana".

Y con eso se levantó y se metió en su propia cama, dándole la espalda. Un movimiento de su mano y las luces se apagaron, dejando a Snape mirando la oscuridad. ¿Por qué había hecho la pregunta cuando ni siquiera estaba dispuesto a escuchar?

La cabeza de Hermione latía con fuerza, las lágrimas querían derramarse desesperadamente, pero eran retenidas con la última dignidad que le quedaba.

Por eso nunca se abría. Nunca quería compartir nada demasiado privado. El resultado era más dolor emocional y autodesprecio. ¿Qué esperaba? Se reprendió a sí misma cuando lo oyó revolverse en su cama.

Hermione estuvo despierta el resto de la noche. No era capaz de cerrar un ojo sin ver el juicio en los ojos de Snape. Y ni siquiera lo sabía todo. Aun así, parecía suficiente para estar totalmente decepcionado con ella y a la bruja le dolía saberlo.

Parecía que el mundo le había ganado. Lo único que quería era desaparecer. Hacer desaparecer ese dolor. Pero sabía que no podía...