𝙲𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘́𝚗 𝙲𝚘𝚗𝚐𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 [𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎]

Corazón Congelado◽

"¿Qué quieres decir con "su corazón está congelado"?" preguntó Minerva desconcertada.

"Me refiero a lo que acabo de decir, maldita sea" espetó Snape.

"¿Cómo es eso posible? ¿No se... ya sabes... moriría si se congelara?" inquirió preocupada la directora.

"¡No tengo la menor idea! ¡Es Bella la que la maldijo por el amor de Merlín! Esa mujer estaba loca, ¡sólo Merlín sabe lo que ha pasado por la cabeza de esa arpía!"

La de Minerva frunció el ceño, permaneciendo en silencio por un momento. "¿Cómo lo arreglamos?" Preguntó finalmente.

"Para arreglarlo tenemos que entenderlo y no estamos ni cerca de eso. Por lo que sabemos, la maldición podría ser la causa no sólo de su estado físico, sino también de su estado emocional. Parece que le chupa la felicidad con tanto entusiasmo como lo haría un dementor".

"¿Qué vamos a hacer entonces?" Minerva miró a Snape que se paseaba por su salón.

"No lo sé" lo dijo con tanta desesperación que la directora sintió que su corazón se hundía.

"¿Qué posibilidades hay de que podamos arreglar esto antes de que sea demasiado tarde?" Snape se dejó caer en el sillón que estaba frente a la chimenea. Suspiró pesadamente, tomándose un momento antes de responder.

"Sinceramente, no lo sé. Su estado sigue empeorando, los síntomas se intensifican, pero al mismo tiempo parece un poco más alegre últimamente, más de su espíritu vuelve a ella. Es muy controvertido". Hizo una pausa. "He creado un bálsamo"

La cabeza de Minerva se alzó entre las llamas verdes. "¿Y sólo me lo cuentas ahora? ¡Severus!"

"Baja la voz, mujer" siseó él, mirando hacia la puerta tras la que Hermione se encontraba dormida. "No hay garantía de que funcione. Podría no funcionar en absoluto o incluso podría causar más daño. No quiero que lo intente. Todavía no estamos tan desesperados como para probar nuevos inventos con ella Minnie" Snape se pasó una mano por la cara.

Parecía cansado y agotado.

"Deberías decírselo. Deja que ella decida". Razonó la directora.

"¡Es una maldita Gryffindor, Minerva! Por supuesto que tiraría toda la precaución por la borda y se presentaría voluntaria. La maldita valentía de Gryffindor prácticamente rezuma por cada uno de sus poros" Minerva sacudió la cabeza ante su vehemente negativa.

"Deberías al menos darle una opción en esto".

"¿Una opción en qué?"

Tanto Minerva como Snape giraron la cabeza para encontrar a una Hermione de aspecto somnoliento que los observaba con curiosidad desde la puerta.

"Hermione" comenzó el maestro de pociones,

"Severus inventó un bálsamo. Cree que podría ayudarte" Minerva se le adelantó, dejándole sin más remedio que mirar en silencio a la bruja mayor.

"¿No pareces contenta de decírmelo?" preguntó Hermione, insegura de sí misma y de toda la situación.

"Creo que es mejor que lo discutamos en privado. Después de que la directora se haya ido". Le dirigió a la directora una mirada mordaz antes de darse la vuelta y acercarse a la brujita que seguía de pie en la puerta. Al oír que las llamas se apagaban, Snape le puso torpemente una mano en la espalda, guiándola hacia la biblioteca. Sabía que era su habitación favorita de la casa y que a menudo se retiraba allí. Le pareció una buena elección de escenario, así que la instó suavemente a tomar asiento en uno de los pequeños sofás que había en el centro de la habitación. Tomando asiento frente a ella, observó con cautela cómo la chica se frotaba los ojos cansados antes de mirarlo, confundida.

"¿Pasa algo?" Preguntó con cuidado.

"No, no particularmente..." su respuesta no pareció convincente mientras ella se hundía más en su asiento.

"Entonces algo va mal" fue más una afirmación que una pregunta. Él no respondió. "¿De qué bálsamo hablaba la directora?"

Snape se tomó un segundo para ordenar sus pensamientos antes de responderle con su habitual voz de aula.

"Es un bálsamo diseñado para sacar la magia oscura. Pero es... experimental y conlleva riesgos". Ella asintió en señal de comprensión. "Podría sacar no sólo la oscuridad, sino tu magia en general. En el mejor de los casos te dejaría como un squib, y en el peor, muerto", explicó.

"Así que existe la posibilidad de que pueda morir si esto sale mal" resumió ella, "Al igual que existe la posibilidad de que mi cuerpo se apague por agotamiento en caso de que no hagamos algo con la maldición".

Él asintió con fuerza, sin mirarla a los ojos.

Les invito a leer le primer capítulo de esta nueva historia💚