𝙲𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘́𝚗 𝙲𝚘𝚗𝚐𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 [𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎]

Una habitación para dos◽

"¡¿Cómo que no tienen suficientes
habitaciones?!" gruñó Snape haciendo que la recepcionista se encogiera en su asiento, con la voz temblando de miedo

"Señor, estamos completos y cuando se hizo su reserva pidió once habitaciones, 10 con camas triples y una con camas gemelas".

El hombre de negro parecía estar a punto de arrancarle la cabeza

"Está bien" dijo Hermione suavemente, poniendo una mano en su brazo.

Snape se estremeció y la apartó de ella como si lo hubiera quemado."Está todo menos bien señorita Granger"

Lanzándole una mirada de desaprobación, Hermione se volvió hacia la recepcionista y le ofreció una sonrisa a la mujer de mediana edad "Gracias, las 11 habitaciones serán suficientes. ¿Podrían darnos las llaves ahora?"

Snape echaba humo pero no dijo nada más. Llevaba más de treinta minutos discutiendo con la señora y podía sentir a los alumnos inquietos en el fondo.

"¡Silencio!" Ladró, el silencio se instaló al instante.

"Escuchen todos" la voz de Hermione retumbó en el pequeño hall de entrada "Viendo que todos están cansados por el viaje no haremos más actividades hoy. Se dividiran en grupos de tres personas y cada grupo subirá a recoger su llave. Hay algunas reglas básicas que deben cumplir: ...."

Severus no escuchaba, demasiado furioso por toda la situación. La maldita Minerva me metió en esto a propósito, refunfuñó en su mente.

Compartir una habitación con la maldita sabelotodo, ¡fantástico, simplemente fantástico!

Seguramente ocupará el baño durante horas... ¡y las camas! Merlín, ¡las camas van a estar una al lado de la otra! ¿Pero es esa parte realmente mala? Llegar a verla en pijama...

¡¿Qué?! ¡¿De dónde ha salido eso, viejo idiota?!

Fue arrancado de su diálogo interior por el carraspeo de Hermione.

"¡¿Qué?!" Su voz llegó como un siseo bajo y peligroso.

La bruja le dirigió una mirada divertida, levantando la ceja a su típica manera."Pensé que te gustaría saber que todos llegaron a sus habitaciones con éxito. Cenaremos a las ocho, lo que nos deja una hora para desempacar nuestras cosas y repasar el plan para las próximas dos semanas."

Snape asintió pero permaneció en silencio, demasiado ocupado con la situación de su habitación.

Al ver que no le daba una respuesta, Hermione comenzó a subir las escaleras hacia su habitación. Se detuvo a mitad de camino y volvió a mirarlo, todavía de pie junto a la recepción.

"Es la habitación número 1273" y con eso desapareció. La joven bruja pudo oír cómo él subía las escaleras justo después de ella.

Estaba a su lado cuando la cerradura giró y ella empujó la puerta para abrirla. Era una habitación acogedora, con paredes de color crema claro que contrastaban con los muebles oscuros. En el centro había dos camas, con un espacio de unos treinta centímetros entre ellas.

"Es muy bonito" sonrió Hermione, viendo los grandes ventanales con una gran vista hacia la calle.

"Increíble" gruñó Snape sarcásticamente antes de entrar y meter su maleta debajo de la cama más cercana a la puerta.

Mientras el maestro de pociones se sentaba en el escritorio de la esquina de la habitación y empezaba a escribir algo, Hermione se dirigió al baño. No era demasiado grande pero tampoco demasiado pequeño, una pequeña bañera con ducha, un lavabo y un inodoro.

Me pregunto si ocupará mucho espacio en el baño

"Te aseguro que el espacio en el baño será tu último problema conmigo" gruñó Snape por detrás de ella, haciéndola saltar y resbalar sobre los azulejos pulidos.

Un golpe seco y su trasero hicieron contacto con el suelo, haciéndola arrugarse y hacer una mueca de dolor.

"Déja vu"

Hermione dejó escapar un gemido de molestia, mientras se giraba para mirarle a los ojos."Gracioso Snape" mordió entre dientes apretados.

"Muy" le dedicó una sonrisa de satisfacción antes de volver a la mesa, cogiendo sus apuntes."Me gustaría discutir los planes para los días siguientes".

"Genial", resopló ella, "estaré allí en un segundo".Juraría que ella puso los ojos en blanco.

Bien, pensó. No se lo pondría fácil, no lo haría...