8 / 5 / 2021

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Tema escogido: ramen.
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Él e Iruka no eran amigos de toda la vida, tampoco fue un amor a primera vista. Más bien fue gracias a los escasos momentos que cruzaban caminos; como en la torre, cuando entregaba informes de misiones e Iruka los verificaba antes de archivalos; puede que algunas veces por Ichiraku; e incluso, les tocó ser equipo en una misión de rango S, la cual aunque no salió como se esperaba, terminó uniéndolos más de lo que pudieron haber imaginado.

Casi mes y medio luego de aquella misión y unos cruces de por medio, fue que el chunin le pidió una cita al Hatake, quien al no tener una excusa válida acabó aceptando, terminando en una velada bastante amena y disfrutable para ambos, sin tardarse mucho en realizar una segunda salida.

Esta era su sexta cita -si es que caminar juntos por la aldea hablando del equipo siete contara como una- y quería hacerla bien, pues gracias a él y su bocota sería una cena en su casa; nada especial ¿Cierto?
Bueno, en realidad no lo era, solo le había prometido a Iruka que prepararía su comida favorita; ramen, nada complicado.

Faltaban menos de quince minutos para que Iruka llegara a su casa y aún ni los fideos, ni el narutomaki estaban listos, además, aún tenía que bañarse y arreglar la casa.

—De mientras los fideos terminan de cocinarse y el naruto se enfria me daré una ducha rápida. —pensó en voz alta antes de suspirar, no podía presentarse a Iruka con esas fachas, se vería como un despreocupado, y aunque lo fuera, no debía parecerlo.

Fue al baño, y tras desnudarse se metió a la ducha la cual anteriormente había abierto.
Con intenciones de lavar su cabello -al cual le urgía un lavado- tomó el shampoo de la estantería a un lado para dejar un poco de este en su cabeza. Lavó y enjuagó su cabello, dispuesto a ponerse acondicionador, extendió su mano hasta tomar el otro producto, abrirlo y pasar el interior por su cabello.
Tarde fue cuando se dio cuenta que se había vuelto a poner shampoo y frustrado, volvió a lavar y enjuagar sus melena color plata.
Quiso tomar el acondicionador por segunda vez, pero en esta ocasión busco con la vista aquel producto, percatándose de que solo había shampoo.— Esto debe ser una broma...
El agua que corría por su cuerpo por su cuerpo comenzaba a enfriarse, y aún así, Hatake solo suspiraba fastidiado, parecía que el mundo no quisiera que su cita resultara bien.
Terminó lavándose sin acondicionador, lavando su cuerpo con agua fría.
Al salir se secó lo más rápido que su cuerpo tenso le permitió, vistiéndose enseguida para seguir con la cena.

Se acomodaba los pantalones negros que se había puesto cuando sintió un conocido chakra esperando pacientemente tras la puerta después de haber dado unos dos suaves golpes a esta.

Tomo su suéter para abrirle com la mejor de las caras posibles a Iruka, y mientras se lo acomodaba con una mano abría la puerta con la otra.

—Buenas no... —frente a él, se presentó el castaño, quien en vez de llevar una coleta como acostumbraba, había llevado la mitad de su cabello recogido en un moño mientras el resto llovía por su espalda y hombros, tampoco llevaba alguna vestimenta shinobi, más bien traía un pantalón suelto de lo que parecía ser mezclilla gris, una camisa blanca simple y una chaqueta de azul marino.

—Buenas noches a ti también Kakashi —saludó el castaño antes de sonreír animadamente, hipnotizando al dueño del lugar por unos segundos.

Ambos se miraron sonriéndose mutuamente, ruborizándose ambos pares de mejillas.
—Te vez bien... —susurró el más alto sin separas su vista del más joven, quien avergonzado por el halago desvió la vista por unos segundos al suelo, subiéndola junto a una sonrisa más grande que antes.

Kakairu Month 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora