Capitulo 6

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—¿Puedes explicarme por qué me desobedeciste? —Fue lo primero que soltó antes de que pudiera moverme.

—No quise hacerlo, es que...

—Cállate, no quiero oír tus excusas. —Dijo, —De ahora en adelante seré yo quien te deje y te recoja en la escuela.

—Papá he aceptado mi equivocación.

—Lo que has hecho es excusarte. No quiero hablar más del tema, vete a dormir mañana debo ver tus calificaciones. —Suspiro irritado, —Hoy fue un día bastante largo en la oficina y tener que lidiar con esto es irritante.

Refunfuña mientras se soba las sienes, y toma un vaso de agua de la mesa. Obedezco y con la cabeza gacha subo las escaleras arrastrando mis pies, los cuales siento pesados. Desde mi ventana veo la casita del árbol, frunzo el ceño al ver a Grant haciendo una maniobra con los cables que dan hacia mi casa, estaba con una camisillla así que cubrí mis ojos luego de abrir la ventana y enfrentarlo.

—¿¡Que crees que haces?! —Chille en voz baja, era la primera vez que me exasperaba y eso me ponía nerviosa.

—Cálmate, es que debo ver algo muy importante y está tele no tiene cable. —Respondió en un susurro/grito.

—¿Que tan importante es?

—Es un asunto de vida o muerte. Y deja de taparte, que estoy vestido.

—Soy muy respetuosa, una lastima que no pueda decir lo mismo de ti que andas paseandote en casa ajena en camisilla.

—Tenía mucho calor, eh.

—Bajate de allí. —Le pedí viéndolo por los orificios de mis dedos, me apuntó acusatorio y me sonroje el doble.

—Te he pillado mirándome. Muñeca pervertida. ¿Ves que si debía ponerte la denuncia?

No lo estaba mirando por los orificios porque quisiera, es que odio hablar con la gente así cómo si estuviéramos muy lejos y con los ojos cubiertos. Estaba en mi casa era él quien debía cubrirse. Resople.

—Vale, ¿Que es lo que necesitas ver?

—Un partido de fútbol. —Dijo cínicamente.

—No, esto es absurdo, vete a dormir mañana tengo clases.

—¿Clases?

—Yo estudio, por si no lo habías notado.

—Ehmm no, tus quince diplomas de la secundaria, medallas por buen comportamiento no me lo dijeron. —Deje de cubrirme y lo pille mirándome.

Su cabello largo le caía a los costados de la cara, su rostro se iluminó por la tenue luz de la luna y su cuerpo estaba apoyado en el respaldo del barandal.

—¿No estudias? — Lo asumí de inmediato, pero debía ser un poco formal y disimularlo.

—¿Que te hace pensar que no?

—Qué robes no me lo dice mucho, la verdad. —Dije irónica. —No debí decir eso.. —masculle.

—No te disculpes, es absurdo cuando vas a decirlo una y otra vez.

—¿Que te hace pensar que nos volveremos a ver?

—¿Que te hace pensar a ti que te dejaré ir? —Contraataco y frunci el ceño.

—No debes decir esas cosas, no está bien.

—¿Por qué no? —Sus tupidas cejas se juntaron.

—Porque no me caes bien.

—¿Por qué?

—La pregunta sobra.

Por Cada Libro Una Película © #1 [Hilo Del Libro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora