Por Cada Libro Una Película © #1 [Hilo Del Libro]

Especial De San Valentín

Grant Felton.

Estaba en la editorial, asegurándome de que las portadas para los libros de autores tediosos estuviesen acertadas como las exigieron. Me encontraba algo cansado, ninguna terminaba de acertar con la estructura literaria que ellos ofrecían. Llamé a Clare, una de las autoras mas tediosas de esta compañía.

—Hola, Clare.

—¿Por qué no tengo mi libro aquí? —reclama y blanqueo los ojos, —He trabajado mucho en ello.

—Hemos tenido en cuenta eso. Pero, al parecer no has tenido en cuenta la portada para la misma. —contesté inclinandome hacía atrás, —La que pides no tiene nada que ver con la historia.

En ese momento aparece Maddie, esta preciosa. Me sonríe fugazmente mientras toma un par de papeles y se sienta frente a mi, le lanzó un guiño y se sonroja.

—¿Vas a decirme tú a mi que portada debe ir en mi historia? —remarca incrédula, —Estas loco.

—¿Considera que la imágen de un hombre semidesnudo es apto para un público infantil?

Ella refunfuño y aparte el teléfono un momento, Maddie susurro, —¿Es Clare?

—Si. —hizo un gesto compasivo y no pude evitar esbozar una sonrisa.

—Ya, pero si la historia es de un superheroe. —remarca, —El hombre no esta semidesnudo como dices.

Ojeo la fotografía plasmada en mi escritorio, —Lo que yo veo es a un hombre sin camisa y otros detalles que no puedo mencionar. —le dije, —¿No tiene otra sugerencia?

—Quiero esa.

—No se puede.

—Ya.... Voy a enviarle otra.

—Buen—no me dejó terminar y colgó.

Maddie se acercó rodeando el escritorio, abrazándome por la espalda. —Ha sido mucho mas rápido de lo que supuse. —comentó divertida

—Me ha costado... Clare es tediosa.

—Lo sé, ¿Cómo van las cosas por aquí?

—Bien, algo aburridas. ¿Puedes creer que no puedo ver películas cuando quiera, siendo mi propio jefe?—le rodee la cintura para sentarla sobre mis piernas.

Su cabello rojizo estaba planchado, como siempre solía arreglarlo, y me fascinaba. Un jean azul y una camiseta con un estampado florar que la hacía lucir radiante.

—¿Ni siquiera recrearlas? —dijo suavemente, presionando su cuerpo contra el mío la miré a detalle. Que preciosa es.

—Puedo hacer excepciones. —intenté no tartamudear, siempre, apesar de que han pasado los años, conseguía ponerme nervioso.

—No quiero ser una excepción, quiero ser la única. —amenazó con su dedo en mi pecho. Volvió a apretarse contra mi.

—Eres la única, por eso eres una excepción. —esbozo una sonrisa.

Ladeo la cabeza tomando mi corbata, —¿Qué haremos por San Valentín? —preguntó.

—No me digas que quieres un trío.

Rodeo mi cuello jugando con la parte trasera de mi cabello, —Grant, no puedo con lo que dices.

—Yo tampoco puedo con lo que propones tú. —digo, —¿Ofreces un trío con un viejo?

Volvió a reírse, —Cállate, sabés lo que habló. ¿O te haces el despistado para no celebrarlo?

—No lo había pensado así..