Madelaine West.
Estaba acostada en mi cama, junto a Blair quien se había ofrecido ayudar hacer maletas para que fuéramos a la feria de libros. Mi guardarropa no era gran cosa así que para elegir algo no era para que se tomará tanto tiempo, pero como es la visajosa de Blair es como si se debiera tomar toda la vida.
Aún no le había pedido permiso a mi padre para ese viaje, se supone que es una semana en diferentes ciudades para ser precisos - 5- y él no ha aparecido en casa desde hace tres días que Grant me invitó al restaurante y me he preocupado, incluso he salido a buscarlo al restaurante y al consesionario pero nadie me da razones de él dicen que tampoco se ha aparecido. Y Thomas a ido a buscarlo a las Clínicas pero tampoco hay nada, no se sabe nada. Y no quiero irme así sin decirle en donde me encuentro. Blair tira de golpe de mis brazos para sentarme y mostrarme un vestido platino muy corto para mi gusto, lo miré con la peor cara que supe disimular.
—Antes de que digas algo, no está feo.
—No iba a decir eso.
Colocó sus manos en jarras.
—Lo ibas hacer. Te conozco, Maddie.
Rodé los ojos, —La verdad en mi vida tendré tiempo para mirar lo que uso mientras esté preocupada con algo. —admito en voz alta.
—Entonces ponle más atención a eso que llevas así toda la vida chica.
No pude evitar reírme, —Hablo enserio.
—Yo igual. —chillo sentándose a mi lado, —¿Que te preocupa?¿Tú padre? —hizo una mueca de incredulidad, —ha de estar bien, en la cama de su nueva novia y tú preocupandote de más.
—Si bueno, necesito reportarme con él para pedírle permiso.
Me puse de pie decidida, pero note detrás de mi como rodaba los ojos
—¿Pedirle permiso? Aún no entiendo como sigues siendo buena chica luego de todo lo que te ha hecho pasar eh. —resopla, —si estuviera en tu lugar, está casa estaría repleta a fiestas casi, no sé, ¿Todos los días?
Me cruce de brazos para mirarla, —No eres yo.
—Y ese es el problema, que como no eres yo, no estás relajada. —insistió, —debes relajarte un poco, y dejar de pensarlo tanto, solo escapate.
—No quiero escaparme.
—¿Y si lo haces por el librero? —me hace ojitos
—Ni por él.
Se llevó una mano al pecho, adolorida.
—No soy él y me duele hermana.
—No hemos hablado, me ha dejado libros en la casa durante estos cuatro días en la casa del árbol. —resople jugando con mis dedos.
Por fuera estaba haciéndome la dura en que no me importaba, pero por dentro, Oh Dios por dentro me derretia el corazón y me ponía tan feliz que se preocupara por mi aún así que no le hable porque comprenda el por qué estoy molesta.
—¿Puedes mejor tatuarme en la cara lo soltera que estoy, Madelaine West? —lloriquea, —él es demasiado lindo, te esta dando espacio. Y creeme muchos chicos no son así.
—Ya lo sé. —murmure,—pero ese no es el problema, el problema es que... Le conté para que eran las pastillas.
Blair se torno sería de inmediato y escrutando mi expresión me instó a que siguiera, pero como no lo hacía habló ella, —¿Le contaste lo de tú..?
Negué, —Le conté de la ansiedad. Pero no le conté lo que la habría provocado, ¿Vale? —suspiré y ella pareció aliviada, sonriendo descolocada.
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Por Cada Libro Una Película © #1 [Hilo Del Libro]
Ficção AdolescenteGrant prefería las películas. Maddie los libros. Él no esperaba mucho de alguien, ya que nadie lo veía mas sino sólo a su padecimiento, aislandolo de todo. Ella no esperaba nada de nadie porque toda su vida había sido la segunda opción de todos...