3. Mentiras

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Año 847. Dos años después de la destrucción de la muralla María.

—¡Enano! — llamó desde el otro lado de la puerta la castaña abriendo sin aviso ya que este no respondía.

—¿Qué quieres? Cuatro ojos, estaba preparando mi equipo para la expedición de hoy...

—Lo que tienes de enano lo tienes de inteligencia... — las palabras de la castaña hacían enojar a Levi, lo que hacía a Hange divertirse más con sus expresiones—. Solo vine a recordarte que hoy habrá nuevos reclutas que serán condecorados para unirse al Cuerpo de Exploración, y Erwin quiere que des palabras de apoyo y felicitaciones — exclamó emocionada la azabache.

—Dile que no contará conmigo — dijo el azabache mientras bebía té de su taza con su peculiar forma de beber—. Esos mocosos saben en lo que se meten, no tengo por qué darles las gracias de ser comida para gigantes retrasados.

—No es que quieras. Es una orden —intervino el rubio entrando en escena—. Eres quien tiene la tercera mejor posición después de Hange, y sé que si ella lo declara los asustará — continuó el rubio y tras las palabras de el, Hange puso una mano en su pecho de modo dramático—. En fin, he decidido que serás tú quien de el discurso. Pronto serás ascendido a capitán y seguirás obedeciendo mis órdenes como siempre lo has hecho — la cara estoica del capitán y próximo comandante Erwin a veces le incomodaba a Levi, por lo que decidió obedecer, no le quedaba de otra.

El azabache chasqueó la lengua molesto, pero no podía faltar a su deber.

—Bien, hagámoslo.

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La mañana pasó algo larga, entre los discursos a los graduados y los discursos de los demás, Levi comenzaba a aburrirse, le dio menos importancia al escuchar a cada uno de los graduados ir por su insignia.

Se preguntaba qué haría ella en este caso. Si ella se hubiera enlistado, junto con él para pelear juntos, de cualquier manera Levi sería muy estricto si fuera el capitán, aunque le gustaba la idea de saber que ella habría sido capitana. Pronto sería el nombramiento como capitán y no quería hacer que hubiera fallos en su trabajo.

Oía los nombres de cada nuevo integrante, pero no les ponía atención. Soltó un suspiro cansado y dirigió su mirada a sus próximos compañeros, no es que se quisiera llevar bien con alguien, le daba igual, pero debía respeto por ellos de cualquier manera.

Su mirada se quedó plasmada en una cabellera que le resultaba familiar, se asustó al pensar que sería ella, estaba tan ensimismado en eso que no alcanzó a escuchar el siguiente nombre.

—¡Diermissen! —la voz del hombre mayor hizo llamar la atención de todos incluyendo del azabache-. La numéro uno entre sus compañeros.

Las nombrada pasó al frente, ¿era ella?

Ambos cruzaron miradas por unos segundos y ella fue la primera en despegar la vista, era más alta que el y su complexión física era diferente, pero la reconoció por sus ojos, el brillo de sus ojos se mantenía intacto, como si no hubiera pasado tiempo entre ellos, sintió deseos de ir a abrazarla, pero no era el momento. Apretó su puño para poder controlarse hasta que era momento de que el azabache diera su discurso.

Pasó frente a todos, su mirada se postraba en la chica Diermissen y no despegó su mirada de ella hasta que terminó su discurso.

—Felicidades a los graduados, de ahora en adelante entregarán su corazón a la humanidad y para el bien de este. Por favor, no mueran.

Tu Nombre (Levi×Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora