4. Recuerdos

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Les recomiendo usar audífonos para ir entonado al audio :3 Disfruten.
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¡Niña! ¡Despierta! — mis ojos no podían abrirse, algo me molestaba que no me dejaba abrirlos—. ¿Cómo te llamas? ¿Dónde están tus padres?

—Levi... — fue lo único que pude articular antes de ver todo negro y que las voces se disiparan poco a poco.

Levi, ¿qué estarás haciendo ahora? Espero que te sigas lavando las orejas, siempre lo olvidabas.

No me olvides.

Ha pasado un mes tras la primera expedición de ella, los recuerdos de cómo conoció a Declan. Le extrañaba todos los días y le agradecía haberla salvado, pero le preocupaba cómo su familia reaccionaría a la muerte del primogénito de la familia Wagner, en especial su hermano, Thomas, ambos eran muy apegados y se llevaba de maravilla con el hijo menor.

A pesar de mantenerse adentrada en sus pensamientos, estaba agradecida de haber sobrevivido para estar junto al azabache. Ambos se ayudaban y eso le hacía sentir mejor. Tras semanas de haber reposado en cama, sus heridas se habían vuelto menores y comenzaba  tener más movilidad cuando Levi no la veía.

En una de esas, se encontraba limpiando antes de que el azabache llegara a su cuarto. Él había estado ocupado y como no la dejaba hacer varias cosas, la habitación había comenzado a ensuciarse, algo que me desagradaba a t/n.

—Tsk. Necesito hacer algo para no tener que subirme a lugares altos, aunque Levi no alcanzaría aquí aunque estuviera en una silla —habló para sí misma y soltó una risa por su propio comentario.

—Estoy segura que si podría hacerlo, u obligaría a alguien a subirse antes que arriesgar tu salud.

La voz de Hange asustó en demasía a la chica de ojos t/o haciéndola tambalear a punto de caer, pero no sintió el suelo al notar que el susodicho la estaba cargando.

—Idiota. Te dije que aún tenías que reposar. Es una orden — Levi regañaba a la t/c, la cual estaba sonrojada por lo que había dicho hace poco, le preocupaba que la haya escuchado. Desde que se conocían sabía que él sentía cierto complejo por su altura, y a pesar de que ya lo había superado, no le gustaba que le hablaran acerca de su estatura—. Otra semana en reposo. He dicho.

Ella suspiró y dirigió su vista al azabache y su acompañante, quien la miraba sonriente y divertida ante la escena.

—Yo... lo siento — bajó la mirada arrepentida de sus palabras, no se lo quería decir pero estaba segura que él sabía a qué se refería. Se conocían muy bien para entenderse.

—Sabes que esas palabras ya no me afectan. Además, ya me siento bien conmigo mismo — contestó el chico de orbes grises mientras colocaba en la cama a la chica que lo tenía nervioso por la situación en la que estaban.

—Entonces, ¿ya no te molestará si te llamo enano? — inquirió divertida la castaña quien admiraba la situación sorprendida por cómo reaccionaba su acompañante.

Tu Nombre (Levi×Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora